Nuevo Laredo.— “Alejandro sobrevivió y está en shock , muy mal; lo veo afectado. Me quedo en las noches en su cuarto y tiembla. De repente se estremece, está ido. Le pregunto qué tiene y me dice que a cada rato recuerda lo que ocurrió ese 26 de febrero”, comenta Enrique Pérez, padre de Alejandro y Gustavo Pérez, el primero sobreviviente, y el segundo fallecido.
Hace una semana, los militares les dispararon a los jóvenes cuando circulaban a bordo de una camioneta , en la colonia Manuel Cavazos Lerma, de Nuevo Laredo, Tamaulipas, que dejó como saldo cinco muertos, entre ellos, su hijo Gustavo.
“Alejandro estuvo tres horas con el cuerpo de su hermano tirado en el pavimento. Dice que lo abrazó y lo besó, que todavía estaba caliente, hasta como las 7 de la mañana que lo sintió más duro”, detalla don Enrique en una entrevista con EL UNIVERSAL, al tiempo que muestra en su celular varias imágenes de Gustavo y Alejandro viendo la televisión.
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En la plaza Primero de Mayo, en Nuevo Laredo, los padres de las víctimas se reunieron para denunciar que en los últimos días se han intensificado en redes sociales las imágenes de los jóvenes para criminalizarlos. Al respecto, don Enrique aclara que sus hijos no andaban en malos pasos, pues comenta que siempre andaban juntos en trabajos temporales arreglando tráileres en Laredo, Texas, en Estados Unidos.
“No hago caso de los señalamientos que acusan a los chicos de andar en malos pasos. Aquí en Nuevo Laredo siempre dicen lo mismo; la gente habla por hablar, siempre van a decir que eres criminal. Desgraciadamente así somos en Nuevo Laredo, los amigos de ellos, independientemente si andaban en malos pasos o no, a mí no me interesa. Quiero limpiar el nombre de mis hijos; ellos no andaban mal o en malos pasos. Sí salían y tenían amigos”, afirma don Enrique.
El padre de los jóvenes detalla que Tavito, como le decía de cariño a Gustavo, y Alejandro Bebé, se dedicaban a arreglar cajas de tráiler y tractores.
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Por su trabajo, se quedaban en Laredo, Texas, y se regresaban los fines de semana para comer carne asada y de vez en cuando salían a divertirse, como todos los jóvenes.
“Tavito era el más alegre. Soy transportista y todos los fines de semana hacía carne asada. Me decía, ¿a qué hora va a empezar? Su corte favorito era el New York, carne muy gruesa, pero muy suave. Llevo 20 años haciendo todo tipo de carnes asadas y a él le encantaba. Siempre llegaba risa y risa, gritando, me cargaba, era muy diferente a sus otros hermanos”, recuerda el papá de los chicos.
Don Enrique describe que sus muchachos andaban muy arreglados, porque ganaban bien, lo suficiente “para tener sus cosas de buen gusto”, y que su trabajo era muy pesado. “Se llevaban una friega. Reparaban cajas de tráileres, cambiaban lo que se descompusiera: llantas, rines, cambios de aceite”, explica.
Relata que el último mensaje que le mandó Tavito fue para avisarle que ya había encontrado trabajo estable, que descansaría lunes y martes y se tenía que presentar el lunes a las 10:00 horas.
“Entonces, si andas en malos pasos, ¿por qué buscas trabajo? Quería sacar su licencia para aprender a manejar tráileres, pero su idea era ganar más”, indica el padre de los jóvenes.
El peor día
Sobre su vivencia, don Enrique relata que aquel día llegó a la una de la mañana de Laredo y se quedó dormido. Horas después, le comentó a su esposa que no habían llegado los chicos; más tarde se enteró que se había registrado una balacera.
“Le llamé primero a Alejandro y contestó. Empezó a llorar, a decirme ‘me mataron a Gustavo’. Mi señora se volvió loca y nos fuimos al lugar de los hechos. Había un despapaye con la gente que estaba enojada, pero ya no estaba Tavito, porque eso fue a las 4:40 de la mañana y a las 7:30 de la mañana los recogieron.
“A Alejandro lo tenía personal de la Fiscalía General de la República (FGR) diciéndome que no tenía ningún delito, que estaba absuelto y que me lo podía llevar”, recuerda el padre de familia.
Don Enrique puntualiza que inmediatamente acudió a la fiscalía a levantar las denuncias y desde ahí no ha parado y aunque las autoridades ofrecieron ayuda sicológica, aún no se ha concretado al 100%.
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