La Agencia Antidrogas de Estados Unidos ( DEA ) está decidida a atrapar a los líderes del Cártel de Sinaloa y para lograrlo, lanzó una nueva campaña, que consiste en distribuir pósteres con las fotos y recompensas ofrecidas por información que conduzca a la captura de los grandes capos, entre ello s Rafael Caro Quintero “El Narco de Narcos”.
En el cártel aparecen las fotos de Rafael Caro Quintero, el hombre más buscado por la DEA y por quien se ofrecen 20 millones de dólares ; Ismael Zambada García, “El Mayo”, por quien se ofrecen hasta 15 millones de dólares; los Chapitos: Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán, por quienes se ofrecen 5 millones de dólares por cabeza; Ismael Zambada Imperial, “Mayito”, hijo del “Mayo; Alfonso Limón Sánchez, operador del Chapo, y Alfonso Arzate García, “El Aquiles”. Combinadas, las recompensas suman 45 millones de dólares.
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Rafael Caro Quintero
, originario de La Noria, Sinaloa, es recordado por ser uno de los fundadores del llamado Cártel de Guadalajara junto con su compadre, Miguel Ángel Félix Gallardo, “El jefe de Jefes” y su amigo del alma, Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”.
Su época de mayor apogeo fue en los años 80 cuando comenzó a traficar droga -principalmente marihuana- con sus socios, a gran escala hacía los Estados Unidos, lo que los catapultó como los señores del narcotráfico en México.
Fue encarcelado en 1985 en Costa Rica. Después pasó 28 años encarcelado en un penal estatal de Jalisco, salió en libertad en 2013; días después la Procuraduría General de la República (PGR) activó una nueva orden de aprehensión en su contra, actualmente se desconoce su paradero.
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La Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés), reconoce a Caro Quintero como verdadero líder del Cártel de Sinaloa después de Miguel Félix Gallardo y tras la caída de Joaquín El Chapo Guzmán, quien en el pasado fue su alumno.
La DEA ve al “Narco de Narcos” como el único que puede conciliar a los jefes del narcotráfico en México, pues junto con Ismael El Mayo Zambada y Juan José Esparragoza Moreno El Azul fueron forjadores de la estirpe del tráfico de drogas en México.
Los servicios de inteligencia estadounidenses ubican a los operadores de Rafael Caro Quintero en Phoenix, Arizona, entidad ubicada al centro de los Estados Unidos y desde donde se coordina la distribución de drogas a todo Norteamérica.
Después de salir de la cárcel en agosto de 2013, Caro Quintero rechazó que se haya reintegrado al narcotráfico y dispute el liderazgo del Cártel de Sinaloa, con los hijos de “El Chapo”.
“Yo dejé de ser narcotraficante en 1984 y nunca lo volveré a ser. No quiero nada que ver con el tráfico de drogas”, acotó meses después de haber abandonado la cárcel.
Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos nunca le perdonará el asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena” y del piloto, Alfredo Zavala Avela, ocurrido febrero de 1985. Y tan lo quiere que el Buró de Investigación Federal (FBI, por sus siglas en inglés) ofrece 20 millones de dólares por información que lleve a su captura.
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Caro Quintero, Fonseca Carrillo y Félix Gallardo fueron a prisión por el secuestro y homicidio de agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar “Kiki”.
El columinsta de esta casa editorial, Héctor De Mauleón, escribió hace unos meses lo siguiente:
Comenzaba 2021 cuando una Hyundai que circulaba a exceso de velocidad se volcó en Río San Joaquín e Ingenieros Militares, en la parte norte de la ciudad de México. El conductor huyó del sitio a pie, internándose hacia Lomas de Sotelo.
Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana que arribaron al lugar descubrieron que en la unidad había un doble fondo. Adentro fueron encontrados 500 tabiques de cocaína. Su peso era de media tonelada.
Solo dos semanas más tarde, durante un cateo realizado en el Fraccionamiento Coapa Super 4, la Sedena y la SSC decomisaron otros 800 kilos de cocaína.
Era el decomiso más grande de la última década. Su valor aproximado alcanzaba los 11 millones de dólares.
Aquel era un verdadero golpe al narco: el aseguramiento más grande realizado en la última década. Había además 11 armas largas y cuatro cortas. Vehículos, equipos televisivos, documentos…
Según reportes elaborados por cuerpos de seguridad federales, el propietario de aquella droga era Rafael Caro Quintero, el narcotraficante acusado del asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena , y quien llegó en 2010 al penal de Jalisco gracias a un amparo presentado por sus abogados y concedido por el Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito en Jalisco.
En la madrugada del 8 de agosto de 2013, después de controlarlo absolutamente todo, desde las visitas hasta la venta de droga, Caro Quintero salió caminando del penal y abordó una camioneta negra.
Cuando la PGR intentó detenerlo, se había esfumado. Se trasladó a regiones rurales de Chihuahua y Sinaloa. A través de una entrevista envió el mensaje de que no estaba interesado en volver al narcotráfico. Para esconderse, contó con la protección de Ismael El Mayo Zambada y de los hijos del Chapo Guzmán.
Más tarde, sin embargo, se reunió con familiares y socios que después de 28 años habían mantenido vivo su negocio y decidió que iba a reconquistar los territorios que le habían pertenecido: el estado de Sonora estaba entre ellos.
Caro Quintero creó un brazo armado conocido como La Barredora 24/7 y terminó enfrentado con los hijos del Chapo —y se dice también con El Mayo— bajo el argumento de que tenía derecho de antigüedad.
Su guerra dejó Sonora lleno de muertos. Allá formó esa calamidad pública conocida como el Cártel de Caborca, que actuó en alianza con el Cártel de Juárez, a fin de arrebatarle el estado a sus enemigos.
“Esta plaza nos pertenecía y ahora todos aquellos productores, comerciantes y mineros de la región tendrán que pagar plaza”, dejó escrito en una narcomanta.
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