Ciudad Juárez.— “Es probable que alrededor de ustedes haya un gay, una lesbiana, un chico o chica trans. Nosotros, como ustedes, queremos vivir sin discriminación para poder lograr nuestro proyecto de vida en libertad”, dice Ignacio Díaz Hinojos, mejor conocido como Nasho Díaz.

El activista de 52 años ha dedicado más de 15 años de su vida a luchar por la no discriminación y los derechos de las personas de la comunidad LGBTTTIQ+ en esta localidad fronteriza.

Nasho ha ayudado a cientos de personas que por su orientación sexual son discriminadas en instituciones o centros de trabajo, por parte de la autoridad y hasta de los elementos de seguridad, por eso se ha ganado el reconocimiento de la comunidad lésbico-gay-trans en Ciudad Juárez.

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Asegura que comenzó en el activismo viendo la injusticia que hay en todos los ámbitos de la sociedad para los integrantes de la diversidad sexual.

“Comencé desde hace muchos años viendo la injusticia que hay, el maltrato que se nos ha dado, la discriminación por la que hemos estado sufriendo, ya sea en el ámbito de salud, escuelas, trabajo, en instalaciones gubernamentales.

“Dándome cuenta y tratando de atender algunas situaciones que se daban con lesbianas, bisexuales, gays y trans fue lo que me llevó a querer atender y solucionarles los problemas de personas como yo”, relata.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Nasho Díaz asegura que gracias a su carácter y forma de ser no ha sido víctima de algún ataque fuerte, aunque reconoce que continúan presentándose muchas agresiones contra la comunidad LGBTTTIQ+. Destaca que es la misma ciudadanía la que ahora interviene para frenar estos casos.

“Lo he visto reflejado en el acompañamiento que les doy a otras personas, en el maltrato que les dan, en las burlas que se llevan. Muy al principio lo viví con la policía municipal, gobiernos municipales y estatales, por mi apariencia, por mi modo de comportarme y la manera en que me negaban algunos derechos, pero siempre estaba tratando de que se me respetara por ser como soy”, remarca el activista.

Desde niño sabía su orientación

Nasho Díaz recuerda que desde que era pequeño sabía de su orientación sexual, cuando le llamó la atención un compañero suyo de la primaria, pero también conoció el valor para defender a los demás.

“Ahí me di cuenta que me comenzaron a gustar los niños; también ahí, recuerdo, que a ese niño lo trataban mal porque era muy blanco, entonces se me hacía muy injusto que los demás chavos se burlaran de él y lo trataran mal. En varias ocasiones yo lo defendí”, cuenta.

El activista afirma que desde esa ocasión comenzó a surgir en él un instinto luchador y de no quedarse callado ante las injusticias. “Me ha funcionado el no tener que quedarme con los brazos cruzados, no tener que aguantar o esperar a que alguien actúe por mí”, platica.

Por ello, dice, su lucha es diaria, pues no sólo es por los integrantes de la comunidad lésbico-gay-trans, sino también por las mujeres, los indígenas, personas con discapacidad y hasta por los hombres, aunque reconoce que su activismo más grande ha sido por su sector.

De acuerdo con Díaz, el que cada vez sea más visible la orientación sexual de las personas no se trata de una moda, sino de las acciones que poco a poco se van creando en la población de respeto y no discriminación hacia las personas homosexuales.

“Muchos señalan que se trata tal vez de una moda, el hecho de que sea visible tanta gente gay, pero es tal vez que si te sientes en un círculo más respetuoso, pudieras a lo mejor platicar sobre tu orientación sexual”, menciona Nasho.

Actualmente el activista tiene identificadas más de 36 orientaciones sexuales, por lo cual la diversidad cada vez es más amplia.

“Salir del clóset no significa nada más que te asumas homosexual; salir del clóset es que eres transexual, bisexual, asexual o cualquiera de las orientaciones que exista. Cuando se sale del clóset perteneces a un grupo que históricamente ha sido discriminado. Entonces, tal vez por eso mismo si años atrás la discriminación era constante, ahora es en algunas áreas donde todavía no se tienen esos avances que quisiéramos”, detalla.

El activista asevera que en Ciudad Juárez existen cada vez más colectivos que luchan por los derechos LGBTTTIQ+ y destaca que en esa frontera se tiene buenos aliados, ya que cuando llega a presentarse alguna situación, se unen para ayudar o defender a quien lo necesite.

En la administración pública

Nasho Díaz logró integrarse como secretario ejecutivo del Consejo Municipal para Prevenir la Discriminación, cargo al que llegó proponiendo y buscando mejorar las condiciones de la comunidad trans.

“Llegué proponiendo, llevando una radiografía de lo que se vive y que no están ajenos tampoco. En el ir y caminar te topas con muchas personas que no están de acuerdo o que no quieren contribuir para los derechos de las demás personas dentro de la administración municipal”.

Desde 2013 el activista ha buscado que se atiendan, desde la administración municipal en Ciudad Juárez, las necesidades de las personas trans, pero fue hasta hace cinco años que consiguió trabajar de manera oficial dentro de ésta y mantenerse.

Aun así reconoce: “Te topas con la burocracia, con pensamientos muy estancados, con personas que son quienes deben tomar decisiones y que te limitan a realizar las cosas”.

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