Monterrey.— Este lunes se cumplieron 10 días de búsqueda de la joven estudiante de leyes Debanhi Susana Escobar Bazaldúa. El cansancio y la incertidumbre de estas semanas ya se notan en los rostros de sus padres, Dolores Bazaldúa y Mario Escobar, quienes, sin embargo, no dejan de buscar.
“Lo que queremos es encontrarla, como Dios me la regrese, pero que me la regrese, y yo voy a estar para cuidarla toda la vida. A mí eso no me importa, no me interesa sacrificar mi vida por ella, pues es mi hija y es la única que tengo”, dice don Mario, entrevistado a unos cinco kilómetros del sitio donde Debanhi desapareció la madrugada del sábado 9 de abril.
“Han sido 10 días muy difíciles, pero confío mucho en la Fiscalía, en el trabajo que están haciendo. He visto la carpeta de investigación, ya hay muchos avances, muchas líneas de investigación, no se descarta nada, por lo mismo andamos en esta zona (un monte localizado a orillas de la carretera a Nuevo Laredo, a la altura del entronque de la autopista a Reynosa), esperamos que de repente nos den una buena noticia, un buen resultado”, dice el señor Escobar.
Reconoce que nada de esto ha sido fácil, pero no pierde la fe. “Ha sido un calvario, buscamos toda la Semana Santa, pero tenemos mucha fe y esperanza”, insiste.
Don Mario señala que actualmente algunas de las principales líneas de investigación se derivan de más de 30 videos captados por cámaras de vigilancia o seguridad instaladas en las inmediaciones del sitio donde Debanhi fue fotografiada por el conductor que la abandonó en medio de la carretera a Nuevo Laredo.
Todo ese material se está checando, es un trabajo pesado, y lamentablemente no todos los videos se entregaron en los primeros días tras la desaparición.
Señala que durante Semana Santa hubo personal en la Fiscalía que estuvo verificando, checando, descartando videos.
Trabajaron especialistas con programas para hacer Zoom, “y esto nos trae la esperanza de que estaba bien, iba ella sola caminando. Tenemos que dejar el trabajo a la fiscalía, que en todo momento no ha quitado el dedo del renglón, por lo mismo confío mucho en ellos para que puedan esclarecer sobre el paradero de Debanhi”, dice.
Incluso, no se descarta que haya viajado a otro lugar.
Sobre el programa de recompensas que puso la Comisión Local de Búsqueda dice: “imagínense la locura de estar recibiendo información de gente que puede nada más estar jugando, llamar la atención y bueno eso hace que se desvíe la atención de las cosas que realmente se están trabajando” y es que no se descarta nada, todo se analiza por los especialistas de Antisecuestros, la CLB, la Agencia Estatal de Investigaciones, por el GEBI, y la Fiscalía sigue haciendo su trabajo.
“Sabemos que es muy difícil el manejo con la sociedad, ojalá la gente que realmente tiene información nos la mande para que los especialistas investiguen y demos con el paradero de Debanhi, que siempre tenemos mucha fe, confianza, y nuestro corazón nos dice que nuestra hija está viva”, expresa.
Don Mario admite que a veces les gana el cansancio, pero de tanto estar pensando, se levanta y habla con la Comisión Local de Búsqueda, con la Fiscalía, con Antisecuestros, y se pone a trabajar en la búsqueda de su hija.
“Sabemos que ya empezó la semana laboral, hoy vinieron entre 20 y 25 personas voluntarias, estamos muy agradecidos con ellos, porque nos dan la fe, la esperanza, la empatía y las ganas de seguir buscando y de no detenernos”, expresa.
Él y su esposa deben regresar a trabajar la próxima semana, por ser maestros en el sistema público estatal, pero confían en “que no se prolongue la búsqueda a ese punto, de no encontrar a nuestra hija, que para entonces ya estemos tranquilos con ella”.
Cuenta que han contado con el apoyo de familiares, como una maestra jubilada de San Luis Potosí, hermana de su esposa Dolores; otra cuñada que llegó de Hualahuises, y personas solidarias de Querétaro, de Galeana, de Ciudad Victoria. Además les mandan mensajes de apoyo de todas partes: Colima, Veracruz, y hasta de Bogotá, Miami y otros países, para todos ellos, don Mario sólo tiene palabras de agradecimiento.