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Chilpancingo.— En las comunidades de la zona del río Papagayo, Acapulco, el pasado jueves y viernes se llevó a cabo una operación de búsqueda para dar con el paradero del dirigente del Consejo de Ejidos y Comunidades Opuestas a la Presa La Parota (Cecop), Vicente Suástegui Muñoz, desaparecido el 5 de agosto de 2021.
De Vicente Suástegui no hallaron nada; lo que sí encontraron fueron “pueblos fantasmas” despoblados por la violencia.
La búsqueda estuvo encabezada por Marco Suástegui Muñoz, el hermano de Vicente, junto con soldados de la Guardia Nacional (GN), el Ejército y la policía ministerial de Guerrero.
El grupo de búsqueda recorrió pueblos desolados, abandonados, con casas marcadas por la violencia, con paredes llenas de hoyos por los balazos. El grupo llegó hasta el poblado de Soyamiche. “Soyamiche está desintegrado a consecuencia de que todos los habitantes han sido desplazados. Queríamos llegar ahí porque sabemos que también ahí opera el grupo criminal de la Upoeg”, afirmó Suástegui.
Contó que como Soyamiche hay otros pueblos que fueron azotados por la delincuencia organizada, por el grupo de autodefensa de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) y empresarios gravilleros.
“Había un sujeto apodado El Gato, que era el terror de esa zona y que fue el primero en amenazar a esta gente para que abandonaran las tierras, y que hoy tenemos información que hay fosas clandestinas ahí en ese lugar, donde precisamente también se encuentra anclada una gravillera”, expuso el dirigente.
Suástegui acusó a la familia Cadena Almanza, dueños de la empresa gravillera, de estar ligada a grupos criminales y de ser protegida por la UPOEG.
“Son gravilleras que utilizan maquinaria muy pesada, sofisticada. Hay muchos rumores que con esta maquinaria han hecho una gran narcofosa. Lamentablemente la gente sigue con el miedo, sigue con el temor. Solamente quedaron terrenos desalojados, deshabitados. Una zona desolada, una zona devastada totalmente por estas empresas gravilleras”, lamentó.
También acusó a los gravilleros del desplazamiento de campesinos de esta zona: “Se han hecho de estas tierras a la mala, no son gente que se ha hecho con el permiso y el convenio de las autoridades y de los comuneros, sino que han amenazado a la gente para desplazarla y así apoderarse”.
“No tiene caso que hayan llegado 600, 700 militares a Guerrero, esto no va a parar, ni los crímenes ni las desapariciones, ni los cobros de piso ni la disminución de la delincuencia organizada. Los delincuentes andan sueltos. Y andan disfrazados”, dijo.
El dirigente de Cecop aseguró que en Acapulco las autoridades ya fueron rebasadas por el crimen organizado.
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