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Coatlán del Río.- El ataque perpetrado contra trabajadores del Centro Federal de Readaptación Social Femenil número 16 , el jueves pasado, pudo ser porque una de las reclusas pidió condiciones de comodidad y se las negaron, dijeron trabajadores del penal que protestaron esta mañana en las puertas de la penitenciaría para exigir mejores condiciones de seguridad y justicia para su compañeros asesinados.
El jueves, luego de trascender la muerte de cuatro trabajadores mientras esperaban el autobús en el Monumento a la Madre, en el municipio de Puente de Ixtla, y uno más durante su hospitalización, el Gobierno de Morelos pidió la intervención de las autoridades del Gobierno de México para atraer las investigaciones “toda vez que existían amenazas de represalias de parte de organizaciones delictivas”.
Los empleados administrativos junto con personal de seguridad y custodia del Centro Federal de Readaptación Social Femenil número 16, se manifestaron para exigir al secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana , Alfonso Durazo Montaño , condiciones de seguridad en el traslado de Puente de Ixtla hacia el penal de mujeres, pero también demandaron más contratación de personal de custodia.
En su protesta, en su mayoría mujeres, criticaron la actitud de la SSPyPC porque desde el día del ataque han sido omisos para ver a sus compañeros que permanecen en un hospital de ISSSTE.
El domingo la SSPyPC emitió un comunicado para informar que el Órgano Administrativo Prevención y Readaptación Social está apoyando económicamente a los familiares en todo lo que se requiera, y agregó que las otras tres personas lesionadas el viernes 10 de mayo se encuentran evolucionando positivamente en hospital del ISSSTE, del municipio de Emiliano Zapata, Morelos.
También informó que el Órgano Administrativo mantiene comunicación con la autoridad ministerial para integrar la carpeta de investigación iniciada por los hechos, con el propósito de llegar a la verdad y los responsables sean puestos a disposición de la autoridad judicial para que los tribunales puedan juzgarlos.
Foto: Hugo Barberi
Anel “N”, elemento de seguridad y custodia del Cefereso exigió al secretario Durazo Montaño reforzar la plantilla de esa área porque sólo son 12 personas por turno para custodiar a más de 900 internas de alta peligrosidad.
“Nosotros hemos sido víctimas de acosos, insultos verbales y físicos por parte de las reclusas, por eso le pedimos a las autoridades de Seguridad Nacional a que nos puedan ayudar mandando más elementos de seguridad, ya que nos rebasan en números”, expresó.
Una trabajadora del área técnica relató que ese jueves 10 de mayo esperaban la llegada de dos autobuses en la parada del Monumento a la Madre, en el municipio de Puente de Ixtla, sur del estado. Ese día llegó el primero autobús con bastante espacio porque a todas las trabajadoras madres de familias les dieron el día para festejar con sus familias.
El autobús arribó a las 7:10 horas, aproximadamente, y en ese momento se estacionó frente al camión un auto rojo del cual bajó un sujeto con un chaleco tipo Protección Civil y tapado de la cara. La trabajadora iba subieron el pié al primer escalón del autobús cuando comenzaron los disparos y gritos.
“Quienes alcanzamos a subir al autobús fuimos quienes afortunadamente aun estamos vivos. Los que aun estaban en las filas para abordar fueron los que inmediatamente perdieron la vida a causa de los impactos de bala. Uno más al parecer intentó huir pero lo mataron”, relató.
El pistolero que vio la trabajadora no pronunció ninguna palabra solo disparó contra el personal del Cefereso.
“No dijeron nada, únicamente comenzaron los disparos y todos empezamos a gritar asustados. Yo subí a gatas y me escondí abajo de un asiento haciendo que estaba muerta con el celular en vibrador por si acaso lo sujetos subían, no quería llamar la atención, únicamente alcancé a escribir un mensaje pidiendo oración por nosotros.
Después de un tiempo seguí escuchando balazos y la voz de una compañera que gritó ‘no por favor, tengo hijo’.
“Cuando abro mis ojos sentí que todo había pasado, veo su rostro, sus ojos llenos de angustia y ya tirada en el piso con cuatro impactos de bala, gritando por ayuda”.
Las trabajadores con un moño negro en el pecho demandaron la intervención de la SSPyPC porque laboran hasta 30 horas por turno y “es imposible trabajar desveladas sin comer. Queremos la intervención de las autoridades, porque falta personal, son hucha las jornadas laborales, somos hostigados, caemos en responsabilidad, no podemos hacer lo imposible”, afirmaron.
afcl