Cuernavaca.— Desde marzo pasado, la coordinadora de Protección Civil de Cuernavaca, Paola Hernández Vargas, advirtió que el puente colgante del Paseo Ribereño no podía ser utilizado ni reabierto porque representaba un riesgo para los visitantes y personal que labora en el lugar.
Así lo consignó en su oficio fechado el 3 de marzo de 2022, dirigido al secretario de Desarrollo Sustentable y Servicios Públicos, Pablo Aguilar Ochoa, pero nadie le hizo caso y el resultado fue el desplome del puente colgante este martes, en el cual resultaron heridas por lo menos 20 personas, tres de las cuales continuaban hospitalizadas hasta la tarde del miércoles.
La condición deplorable del puente fue apuntada en el oficio de Protección Civil y se establece la necesidad de reforzar los tensores que sirven como soporte, así como la implementación o colocación de cinta antiderrapante en el piso de madera.
El oficio con número de folio SDSySP/014/2022 también expone la necesidad de reparar y aplanar el acueducto que conduce a la salida del Paseo Ribereño por la calle Carlos Cuaglia.
En este contexto, el presidente municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, afirmó que tomará decisiones justas para separar del cargo a quien resulte responsable por el colapso del puente colgante.
Urióstegui Salgado señaló que tanto la Contraloría municipal como la Fiscalía General deberán determinar dentro del ámbito de sus competencias la responsabilidad de cada persona que está en las áreas que intervinieron en la reapertura del puente colgante.
Sin embargo, insistió en que es negligencia, por lo que las responsabilidades las tienen que determinar la Contraloría y el Ministerio Público.
“Yo respondo de las acciones de la administración municipal y en ese sentido habré de tomar las decisiones que me corresponden para separar del cargo a quien deba separarse”, sostuvo.
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