Sabinas, Coah.— “Yo, como los 10 mineros atrapados y casi todos en la región carbonífera de Coahuila, empezamos a trabajar en los pocitos a los 14, 15 o 16 años, muy chavalillos, casi niños. Es lo normal aquí, nadie supervisa, sólo vienen los inspectores cuando hay un accidente”, asegura Rogaciano Rodríguez Palomares, minero retirado y hermano de Margarito, uno de los trabajadores atrapados en Agujita.
Preocupado, camina en las puertas de la zona cero, donde aún no se logra rescatar a 10 mineros: “Es increíble que haya tanto personal de Protección Civil y de la Secretaría del Trabajo aquí, pero nunca se aparecen para revisar la seguridad o si hay menores trabajando”, asegura para EL UNIVERSAL.
“Pese a que todo el carbón que se saca en Sabinas y en el estado se vende a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a los gobiernos federal y estatal no les interesa la seguridad y la vida de los mineros. Vienen sólo cuando ya explotó o se inundó la mina”, reclama el minero retirado.
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Jesús Arellano Rivera, minero desde los 15 años, reconoce que el trabajo infantil es común en las minas: “Todos empezamos chavalillos, en parte por necesidad, pero también porque te contratan y pagan en efectivo, sin seguro social, ni prestaciones”.
La Organización Familia Pasta de Conchos aseguró en un mensaje en redes sociales que el siniestro en la mina de Sabinas es por las mismas causas que ocasionaron la tragedia de 2006.
“Prevalece la falta de inspecciones, la complicidad con las empresas y la desprotección de los trabajadores, repitiéndose tragedias como la de la mina de Múzquiz en 2021”, afirma la organización.
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