Chilpancingo.- La tensión en el ejido Los Guajes de Ayala, en la sierra del municipio de Coyuca de Catalán, en la Tierra Caliente de Guerrero , no termina: la mañana de este viernes presuntos integrantes de la organización criminal la Familia Michoacana y militares se enfrentaron a balazos.
La tarde del jueves, militares, soldados de la Guardia Nacional y policías estatales llegaron al poblado de El Pescado tras cuatro días de ataques.
Este viernes, alrededor de las 9 de la mañana, Javier Hernández Peñaloza, secretario técnico del ejido Los Guajes de Ayala, hizo una transmisión en vivo justo en el momento en que militares se enfrentaban con presuntos criminales.
“Que esto le llegue inmediatamente al señor gobernador ( Héctor Astudillo Flores ), quien está diciendo que en Guajes de Ayala no pasa nada, y para su desgracia, en este momento, en la salida de Guajes hacia el cerro, se están chingando los sicarios con los soldados, militares, con Sedena”, dijo en la transmisión.
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Y siguió: “Que se dé cuenta el mundo. El gobierno del estado se hizo omisión hace cinco días de estos ataques armados de grupos de la delincuencia organizada , que durante cuatro días repelimos e hicimos frente como nosotros pudimos, por nuestros propios medios, nuestras propias armas, aquí en Guajes de Ayala, porque ellos nos abandonaron. Hoy les llega el karma: les atacan a elementos de la Sedena”.
En otra transmisión, Hernández Peñaloza informó que dos soldados había resultado heridos y dos delincuentes fueron detenidos durante el enfrentamiento.
Tras el enfrentamiento, sobrevoló el pueblo un helicóptero del Ejército.
El pasado lunes, integrantes de la Familia Michoacana rodearon a los pobladores de El Pescado y después intentaron entrar a punta de balazos. Los pobladores se atrincheraron y se defendieron con lo que pudieron.
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De lunes hasta el jueves, los pobladores, a través de videos que difundieron por las redes sociales, exigieron ayuda del gobierno de Guerrero.
En varios videos se ve cómo mujeres, niños, niñas y ancianos están refugiados en el centro de salud y de fondo se escuchaba la balacera.
“El gobierno pedía pruebas y ahorita ya está la balacera por favor vengan a atendernos, nosotros estamos refugiados en una clínica, los niños tienen miedo. Qué más pruebas necesitan para venir a apoyarnos”, reclamó una mujer en el video.
El gobernador, Héctor Astudillo Flores, dijo que no habían mandado ayuda porque militares, soldados de la Guardia Nacional y policías se encontraban resguardando la jornada electoral y después los 28 distritos electorales.
Los pobladores acusan a la Familia Michoacana de atacarlos para después despojarlos de sus tierras.
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Este no es el primer ataque, desde febrero han sido constantes, sólo se han detenido por la presencia de militares.
Hace ocho días, el Ejército abandonó el El Pescado donde tenía una base de vigilancia. El lunes, el acoso de los criminales comenzó de nuevo.
Estos ataques han provocado el desplazamiento de por lo menos otros cinco pueblos completos.
Pero los ataques a la comunidad de El Pescado no comenzaron ahora. Hace dos o tres años atrás cuando el precio de la goma de opio se desplomó, dejó de ser rentable y todos —pobladores y criminales junto con empresarios— miraron al mismo lugar casi al mismo tiempo: a los bosques, a la madera.
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