Xalapa.— El presunto asesino de las reporteras veracruzanas Yessenia Mollinedo Falconi y Sheila Johana García, identificado como José Antonio “N”, alias El Mara o Perrón, había sido detenido en abril pasado por elementos policiacos, pero fue puesto en libertad por un juez al considerar que no era peligroso.
Fue el 3 de abril cuando elementos de la Fuerza Civil de Veracruz detuvieron, en el municipio de Acayucan, a cuatro presuntos integrantes de una célula criminal, entre ellos al presunto asesino de las comunicadoras.
El nombre de José Antonio “N” surgió luego de que elementos de la Coordinación Nacional Antisecuestros y de la Fiscalía General del Estado (FGE) aprehendieran por error a un joven que contaba con el mismo nombre del delincuente que buscaban por el asesinato de las periodistas el pasado 9 de mayo.
Tras la pifia, el estudiante de un tecnológico y repartidor de comida rápida fue puesto en libertad, en tanto, las autoridades aseguraron que mantenían la búsqueda del presunto delincuente.
El Mara había sido capturado en abril junto con tres sujetos más a quienes les decomisaron bolsitas con metanfetaminas y cartulinas con mensajes alusivos a la delincuencia organizada.
Se trataba de Abraham “N”, Antonio de Jesús “N”, Eduardo “ N” y José Antonio “N”, los cuales fueron capturados en la colonia Miguel Alemán, donde circulaban a bordo de un vehículo Chevrolet Beat placas YCP763A y una motocicleta Italika, sin placas.
Los presuntos delincuentes intentaron escapar de los policías; sin embargo, fueron finalmente detenidos y quedaron a disposición de la FGE, en la sede de Acayucan, por presuntos delitos contra la salud.
De acuerdo con los reportes policiales, José Antonio “N”, alias Perrón o El Mara, es identificado como presunto cabecilla de un banda delictiva dedicada al robo de motocicletas con operación en los municipios de Ignacio de la Llave, Tlalixcoyan, Boca del Río y Veracruz.
El modus operandi del sujeto se basaba en trasladar motocicletas robadas del puerto de Veracruz para venderlas en el municipio de Ignacio de la Llave y supuestamente las unidades eran resguardadas en una casa de seguridad ubicada en el poblado Pozo de Arena, perteneciente a Ignacio de la Llave.
De acuerdo con fuentes policiales, el juez Tirso Hernández Ayala lo puso en libertad al considerar que no representaba un peligro para la sociedad.
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