Acapulco.— Ante la lentitud en la recolección de desechos que dejó el paso del huracán Otis, vecinos del puerto han comenzado a quemar los montones de basura.
La mayoría de las calles del puerto aún están llenas de desperdicios. Cada día los cerros crecen y se van comiendo las calles. Los espacios para que los vehículos circulen se van reduciendo con el paso de los días. Además, cada vez son más frecuentes, en cada esquina hay un montón. Los desechos y la pestilencia ya invadieron el ambiente.
Los olores de la basura y desechos en descomposición son penetrantes: apesta a animales muertos, a alimentos podridos, a agua estancada, a mierda. En esos montones se concentran moscas y mosquitos.
El ayuntamiento de Acapulco alistó una brigada de limpieza pero ha resultado insuficiente. La alcaldesa, la morenista Abelina López Rodríguez, informó que su gobierno ha recolectado más de 14 mil toneladas de basura y está haciendo las gestiones para contar con 500 camiones recolectores para limpiar la ciudad.
Ayer lunes, la gobernadora, la morenista Evelyn Salgado Pineda, lanzó una operación de limpieza para levantar la basura y escombros que hay en toda la ciudad. Tanto el gobierno municipal como la autoridad estatal están intensificando la limpieza a tres semanas del paso del huracán. Es decir, cuando el acumulamiento de basura ya está por todas partes.
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Esta tardía reacción está provocando que en distintos puntos de la ciudad, vecinos comiencen a quemar la basura. En los últimos días, sobre todo por las mañanas, en el cielo de Acapulco se observa una bruma de humo contaminante provocado por la quema de desperdicios.
Por las calles se combina la pestilencia con el olor a humo. En las quemas de basura, los vecinos están echando todo a la lumbre: desechos y objetos de plástico como tinacos para recabar agua, esto hace que el olor sea mucho más intenso.
Los vecinos justifican la quema de la basura por los intensos olores que provoca la acumulación.
“Acá en la colonia no ha pasado el carretón de la basura, no aguantamos la peste”, dijo una vecina de la colonia Santa Cruz.
Los pobladores también temen que esta contaminación pueda llegar a provocar una emergencia sanitaria y enfermedades como conjuntivitis, infecciones gastrointestinales y en la piel.
“Quemar basura no es lo mejor, sabemos que contamina, pero ya son casi tres semanas con estos olores todo el día”, expuso la mujer.
Hace unos días, el titular de la Procuraduría de Protección Ambiental del Estado de Guerrero (Propaeg), Carlos Toledo Manzur, alertó que el único relleno sanitario con el que cuenta Acapulco —ubicado en el poblado de Texca— está rebasado por los desechos provocados por Otis y lo peor es que aún quedan cientos de toneladas de basura por recoger.
Octavio Klimek Alcaraz, académico, doctor en Ciencias Forestales y ambientalista, recomendó ante la acumulación de basura q
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ue el manejo de los desechos se haga de la forma más responsable para evitar que después se generen inundaciones y contaminación. Pidió que el destino final de esos desechos no sean barrancas, cauces de arroyos y ríos y acantilados.
“Se deben manejar de la mejor forma porque esos desechos pueden taponar los cauces y vienen las inundaciones o se van al mar y lo van a contaminar”, afirmó.
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