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Pachuca.— Cuando era niño, Miguel Hernández López quería ser un mecánico; ahora que tiene en sus manos la condecoración Miguel Hidalgo, grado cruz, por su compromiso y heroísmo ante el Covid-19, señala que, de volver a nacer, elegiría ser médico de nuevo, porque sabe que puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
Este galardón lo entiende como un reconocimiento a su carrera, a todas las personas que lo han formado y a todos los pacientes con distintas enfermedades que ha atendido.
Por las manos de Miguel han pasado más de 800 pacientes al mes, 7 mil 200 en lo que va de la pandemia de Covid-19. A lo largo de su carrera como médico, lo más difícil que le ha tocado vivir, dice, es la desesperación y el miedo de la gente en el momento de saberse contagiada.
Para este médico de 53 años de edad, originario de Apan, Hidalgo, y el mayor de siete hermanos, las noticias de que un nuevo virus se registraba en China, hace un año, se veían tan lejanas para México, pero el coronavirus llegó como un tsunami, para el que no estábamos preparados.
Recuerda que en marzo apareció el primer paciente Covid que le tocó atender en la clínica 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en esta ciudad, donde labora.
Ese día, solicitó consulta un joven de 17 años, quien llegó con fiebre, tos y dolor de articulaciones, eso prendió las alarmas en todo el instituto, pues el virus había llegado y debían vencerlo.
Sin un tratamiento, Miguel y el resto de los médicos lucharon por sacar sano al paciente cero de esa clínica. Sabían que después de él, vendrían cientos y miles a pedir ayuda.
El doctor Miguel fue asignado al primer filtro, el del diagnóstico, donde se determina el futuro del paciente. “Al decirle a alguien que está contagiado nos convertimos en un sicólogo, un confidente y un amigo”, dice.
Aunque Miguel señala que ha estado en situaciones como en el brote del sida o la pandemia de la influenza, subraya que el Covid-19 ha sido su mayor reto, pero tiene esperanza en que el país saldrá adelante si todos ponen de su parte.
