La Diócesis Chilpancingo-Chilapa informó que por temor a la violencia, cuatro religiosas que administraban el Colegio Morelos abandonaron Chilapa debido al asesinato de los padres y hermana de una de ellas.
El obispo Salvador Rangel Mendoza explicó que una de las monjas dejó la administración del colegio porque sus padres y una de sus hermanas fueron asesinados hace 15 días. Los familiares ejecutados fueron encontrados desmembrados, junto con los cinco artesanos veracruzanos, el pasado 30 de enero.
En el primer reporte, el fiscal general del estado, Javier Olea Peláez, dijo que las siete personas desmembradas formaban parte de la delincuencia organizada, sin que hubiera comenzado la investigación ministerial. Posteriormente, los familiares de los artesanos aclararon que los cinco hombres habían llegado a Chilapa a vender muebles de madera.
“Nos causa una profunda tristeza e indignación el secuestro y la muerte de los familiares de una de las religiosas pertenecientes a esa comunidad guadalupana; asimismo, que se haya criminalizado a las ocho víctimas de la violencia encontradas en Chilapa, el pasado 30 de enero, y entre las que se hallaban los padres de la religiosa, y que se les haya vinculado con grupos delictivos”, lamentó ayer la diócesis en un comunicado.
Explicó que las religiosas administraban el colegio Morelos desde junio del año pasado, pero con la violencia ahora se afecta la educación de niños y adolescentes.
“En consecuencia se tiene que buscar a quien se haga cargo de la administración del colegio, ya que cerrarlo ocasionaría que muchos niños y adolescentes se quedaran sin recibir una atención educativa de calidad”, condenó.
La diócesis pidió a los grupos delictivos que se disputan el control de Chilapa —Los Rojos y Los Ardillos— “que no toquen, ni destruyan una de las cosas más sagradas que tenemos: la educación de nuestros niños y jóvenes”.
El Colegio Morelos es una de las dos escuelas católicas en ese municipio, la cual está manejada por monjas al estilo tradicional.