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Un ciudadano con discapacidad visual se manifestó en la representación del Congreso de Quintana Roo, en la ciudad de Cancún, en contra de la aprobación de la Reforma al Poder Judicial, al considerar que “anula la Democracia en México y viola las garantías y derechos humanos de los mexicanos”.
Gerardo Ruíz, de 53 años, dedicado a la programación, pero actualmente pensionado, llegó desde la Región 255 a la representación, en el centro de la ciudad, por propio pie, apoyado de un bastón y cargando en su morral un folder con oficios dirigidos a la XVIII Legislatura y una carta abierta al Senado de la República, al propio Congreso, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y a la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
En dicha misiva exige a la clase política “comportarse a la altura y tener cordura”, en lugar de fomentar la intolerancia hacia la libre manifestación de ideas.
“Han demostrado que, por su enfermiza obsesión por aferrarse al poder, han despojado, han ultrajado la unión y paz social que durante años en México se vivía y a pesar de los problemas sociales y diferencias, los mexicanos éramos unidos", dice.
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“Hoy, gracias a su hambre enfermiza e insaciable de poder, nos han dividido, nos han humillado con su actitud y falta de ética y honestidad, Ninguno está a la altura de México”, expresó en su escrito.
Ruíz, de 53 años, se refirió así a lo sucedido en la Cámara Alta durante la sesión para someter a votación la polémica Reforma al Poder Judicial de la Federación (PJF), que finalmente fue aprobada.
“Es inadmisible que en pleno Siglo XXI ‘la clase política’ del país no sepa dialogar, ni mantener la paz social y tome la decisión sesentera de ejercer represión y violencia contra los mismos mexicanos", sostuvo.
“Nos corresponde a los ciudadanos libres e independientes dar cátedra a sus políticos de cómo mantener y resguardar la paz social en el país”, expuso.
Gerardo remarca en su escrito que, en ninguna parte de la Constitución Mexicana se menciona que cuestionar y demandar que el gobierno cumpla con sus obligaciones, sea motivo para dejar de ser mexicanos o ser calificados como “enemigos de la nación”.
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“El solo hecho de tener otra opinión, no nos hace enemigos, ni dejamos de ser mexicanos por tener otra visión y postura política”, sostuvo.
Tampoco –resaltó– la Carta Magna establece que se deba “adorar” a quien ocupe la presidencia de México.
El ciudadano, quien ha participado activamente en manifestaciones para defender las playas públicas de megaproyectos viciados de origen, como Grand Solaris, a un costado de Delfines, en contra del megaproyecto Tren Maya o ahora, contra la Reforma Política, fue atendido cordialmente por el personal de las oficinas de representación del Congreso, que le explicaron que ahí se carece de Oficialía de Partes y debía dirigir su petición por correo o viajar hasta Chetumal.
Ya preparado, les entregó también otro escrito, solicitando la apertura de una Oficialía de Partes, más necesaria –dijo– para que las y los ciudadanos presenten iniciativas, realicen alguna gestión o petición, que gastar recursos públicos en una cafetería VIP en la sede legislativa de Chetumal, para comodidad de las y los diputados, tema que ha causado duras críticas al Congreso.
Luego de abandonar las oficinas, se instaló afuera, con un pequeño megáfono y, solito, portando un cartón con la palabra “Paz”, reprochó al Senado “que los diputados y senadores nos pongan a pelear, los unos contra los otros”.
“Es una vergüenza esta clase política que, por imponer reformas, nos pongan a pelear a todos los mexicanos. Estoy aquí, no estoy en pro, ni en contra de nadie", dijo.
“Estoy aquí para hacer un llamado a la paz social (…) por más morenista, por más priista, los mexicanos no somos el enemigo, libérate de los prejuicios, que solamente nos dividen como sociedad, como nación y no nos dejan ser libres e independientes”, expresó.
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