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Querétaro.— La gente se reúne alrededor del escenario, en la calzada de Los Arcos, donde cinco jóvenes arman a Lele, la muñeca artesanal originaria de Amealco de Bonfil, Querétaro, que recorrió tres continentes, promoviendo a la entidad.
Las mujeres indígenas, originarias de esa población, comienzan desde temprana hora la instalación de sus puestos, donde ofrecen las tradicionales muñecas. También se instalan quienes venderán alimentos representativos de los diferentes municipios del estado.
El trabajo comienza cuando inflan las diferentes piezas que conforman a Lele. Los pies son una, el cuerpo es otra y la cabeza una más. Luego, proceden a colocar la cara de la muñeca, el cabello y el tocado. Esta es la parte más compleja del armado, porque se debe tejer la corona que lleva sobre el cabello. Tres hombres laboran en ello.
Se toman las primeras fotografías y videos, los queretanos no pierden la oportunidad de captar a Lele, que gracias a la campaña es uno de los símbolos de la entidad.
Sobre el camellón de Los Arcos se montan otras muñecas, pero de menores dimensiones, miden sólo tres metros, la mitad de los más de seis metros que alcanza la gran Lele.
Las muñecas pronto se vuelven el centro de atención de los paseantes, quienes las aprovechan para tomarse fotografías. Con una, incluso se forma una fila de personas que esperan su turno para posar junto a la representación de la artesanía.
Poco a poco, Lele toma forma. Cuando los trabajadores colocan la funda de tela con el estampado de la cabeza, los teléfonos celulares salen de los bolsillos y son apuntados hacia el escenario. La muñeca ya tiene rostro y sonríe a todos.
El ambiente es de fiesta en Los Arcos. Familias completas llegan. Caminan por entre los puestos, compran muñecas, artesanías y variedad de antojitos.
Lele está casi lista. Los operarios terminan de colocar los encajes blancos a la blusa color rosa mexicano. La falda blanca está también colocada en las piernas de la muñeca que ahora puede ser apreciada por los queretanos.
