Mérida.- Desde que comenzó la pandemia de Covid-19 en Yucatán , alrededor de 2 mil 700 restaurantes han cerrado definitivamente sus puertas y se estima que por ello 10 mil 800 personas perdieron sus empleos.
De acuerdo a Roberto G. Cantón Barros, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados en Yucatán (Canirac), quien fue reelecto este lunes por unanimidad para estar al frente hasta el año 2022, la situación del sector es bastante difícil.
Uno de los sectores más afectados por la contingencia sanitaria fueron los establecimientos de comida, incluso, durante los primeros meses solicitaron a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) renegociar adeudos, y a los arrendatarios concesionar unos meses de renta de los locales comerciales en tanto se reponían de los cierres.
Se estimó que en la entidad existen 13 mil restaurantes o comercios vinculados con alimentos, de los cuales, en los últimos 10 meses, entre un 15 o 20 por ciento tuvieron que cerrar por falta de ventas.
Esos porcentajes arrojan que 2 mil 700 negocios “bajaron sus cortinas”, y a su vez, 10 mil 800 empleadas y empleados se quedaron sin trabajo, tomando en cuenta que cada establecimiento tenía en promedio 4 personas laborando.
Cantón Barros manifestó también que el panorama es preocupante, y aunque la economía ya se reactivó, el porcentaje de ventas es de solo entre un 35 y 40 por ciento, en comparación con lo que vendían antes de la llegada del coronavirus.
Manifestó que en su restaurante Bistrola 57 empleaba a 30 personas, sin embargo, tras un recorte tuvo que despedir y liquidar a 20, y únicamente se quedó con 10 trabajadores que le ayudan con el servicio y la cocina.
Se dijo que las mujeres y hombres que perdieron su empleo son especialistas en la cocina, y que por la falta de ingresos, un porcentaje de ellas y ellos podrían comenzar a vender en el comercio informal del Estado.
“Vemos que hay tianguis y mercados abiertos, en donde se vende comida y sin las medidas necesarias; lo grave del asunto, de continuar así, se ocasionaría una crisis social”, comentó.
En relación a la posibilidad de regresar al semáforo rojo, como ocurrió en la Ciudad de México, pidieron al Gobierno del Estado ser avisados, con algunas semanas de antelación, para evitar comprar insumos y desembolsar dinero en el llenado de los refrigeradores.
En cuanto al nivel de recuperación, precisó que entre un 75 y 80 por ciento de los restaurantes continúan operando, no obstante, hay un 20 o 25 por ciento que no han abierto, y que esperan hacerlo hasta tener mejores condiciones sanitarias.
“Este 20 o 25 por ciento, no significa que vayan a cerrar, sino que están a la espera de hacerlo, cuando las ventas y la crisis sanitaria mejore”, puntualizó.
El dirigente de la Canirac hizo un convenio con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para renegociar los adeudos.
Cerca de 70 solicitudes se presentaron, de las cuales 49 aproximadamente han sido solucionadas a favor de la industria restaurantera. Acotaron que hay apertura y diálogo con la paraestatal.
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