Policías municipales de Tuxtla Gutiérrez
, detuvieron, golpearon y robaron al periodista Heriberto Ortiz , trabajador del periódico estatal Cuarto Poder . Los hechos se registraron la madrugada de este miércoles en una calle de la colonia Moctezuma, en el sector poniente, cuando Ortiz salía de la empresa editorial .
Una patrulla, con tres policías se le acercó, le dijo que se detuviera para que fuera revisado como parte de un operativo preventivo de rutina.
"Una vez que me tuvieron enfrente, me subieron al vehículo. Me esposaron y me golpearon, cuando les dije que grabaría el número oficial de la unidad para denunciarlos, me echaron gas en los ojos y me arrebataron el celular”, relató el agraviado.
Los policías lo sacaron de la Moctezuma, recorrieron algunas calles, y lo liberaron en otra colonia de la zona norte, sin devolverle sus pertenencias.
Ortiz dijo que no comprende cuáles fueron los motivos de su detención y los abusos a que fue sometido por la policía de Tuxtla Gutiérrez, cuyo ayuntamiento lo preside el alcalde interino Carlos Molano Robles .
“Caminaba durante la madrugada cuando los policías me abordaron; supongo que caminar un poco por la noche es motivo para ser sospechoso”, comentó.
Las autoridades municipales iniciaron los procedimientos para localizar a los agresores y ejercer sanciones administrativas y legales en su contra.
Aunque me lanzaron lacrimógenos podría identificarlos con la ayuda de las cámaras desplegadas en las empresas y viviendas vecinas, agregó Ortiz.
La Asociación de Periodistas y Comunicadores de Chiapas condenó la agresión y el robo a Heriberto Ortiz, a quien “sin ninguna razón lo esposaron, lo obligaron a subir a una patrulla, lo golpearon y lo llevaron a la zona norte de la ciudad donde lo abandonaron”.
Además de que le robaron dinero y objetos personales “lo amenazaron con hacerle daño si hacía público el incidente”.
El gremio periodístico abundó que no permitirá que la agresión quede impune y exigieron que los policías sean castigados legalmente e inhabilitados , porque “constituyen un auténtico riesgo para los ciudadanos contra quienes, evidentemente, pueden proceder con el argumento de un operativo de rutina.