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Por: Fernando Yunes Márquez
En mi columna pasada ¿podremos vivir seguros? Escribí sobre las estrategias de seguridad implementadas en los tres sexenios más recientes (Calderón y Peña Nieto) así como el actual (López Obrador).
Es por esto por lo que en esta columna retomo el tema para responder a la pregunta de si podremos vivir seguros. La respuesta es sí, pero no pronto, eso será cuando menos en el mediano plazo.
A continuación, comparto cinco propuestas para contribuir a mejorar la seguridad en todo el país:
1.Se requiere definir un nuevo modelo de seguridad en el que esté presente el Gobierno Federal con las corporaciones que deban participar (de preferencia civiles con apoyo de las fuerzas armadas). Pero, también los Estados y Municipios con policías propias, mejor preparadas y equipadas, que hagan la tarea de proximidad y se coordinen de manera eficiente con las federales.
2.En el presupuesto de la federación deben considerarse nuevamente recursos para apoyar a los Estados y Municipios en la creación (algunos no tienen) y fortalecimiento de sus cuerpos policiacos.
3.Debe aumentar también la inversión en tecnología para las tareas de inteligencia, incluyendo análisis de información, acumulación de datos, videovigilancia y otros.
4. El modelo educativo debe incluir un apartado de educación cívica, respeto a la ley, aprecio a la labor de los policías.
Dar continuidad a los programas, considerando la experiencia de cambios radicales sexenales que solo han traído un agravamiento en el problema de inseguridad.
5. Es común hablar de “políticas de Estado” cuando se trata de darle el más alto nivel al enfoque gubernamental para resolver un problema. Se trata así de poner el tema por encima de los intereses partidistas y convertirlo en un compromiso común.
Para mejorar la seguridad en el país debemos sumar a todas las voces que tienen algo que aportar y crear una estrategia integral que tome en cuenta a todos los sectores de la sociedad para que ciudadanía, fuerzas de seguridad y gobiernos de todos los niveles vayan de la mano hacia un país más seguro.
La seguridad publica es el mejor ejemplo de lo que debe ser una “política de Estado”, no sujeta a ocurrencias, estribillos, modas sexenales o intereses de grupo.
Solo así podremos vivir seguros.