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estados@eluniversal.com.mx
Monterrey.— Académicos de la Universidad Autónoma de Nuevo León y activistas del movimiento estudiantil del 68 solicitaron a los alcaldes metropolitanos demoler los monumentos y eliminar el nombre de calles, colonias y lugares que honren al ex presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Los académicos Lilia Palacios y Meynardo Vázquez, así como los activistas Juan de Dios Sánchez Martínez y Manuel Maldonado, integrantes del Colectivo 9 de Marzo, demandaron que al retirar el nombre del ex mandatario, se les denomine Mártires del 2 de octubre del 68, en memoria de las personas asesinadas en Tlatelolco hace 50 años.
Después de acudir al palacio municipal de Monterrey, a entregar su solicitud al alcalde, Adrián de la Garza Santos, y a cada uno de los regidores del Cabildo, los activistas llevaron la misma petición al munícipe de Santa Catarina, Héctor Castillo.
En Santa Catarina colocaron sobre un puente peatonal una manta con la leyenda: “Gustavo Díaz Ordaz asesino ¡Ni perdón ni olvido, 2 de octubre, no se olvida!”; y otra con el texto: “Ex bulevar del asesino Gustavo Díaz Ordaz, hoy Bulevar Mártires del 2 de octubre del 68”.
Entregaron a las autoridades un listado de calles, colonias y monumentos alusivos a Díaz Ordaz, con su ubicación para facilitar su decisión. Solicitaron que “hoy, en todos los espacios públicos, la Bandera se coloque a media asta, en memoria de los mártires de Tlatelolco”. Pidieron que también se guarde un minuto de silencio por la masacre, no sólo de jóvenes estudiantes, sino también de mujeres, ancianos y niños, ante el uso de francotiradores que se apostaron en lo alto del edificio Chihuahua y de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Hoy viajan a Linares, donde existe un monumento a Gustavo Díaz Ordaz, para demandar su retiro y demolición, pues hay antecedentes en San Nicolás de los Garza, Nuevo León, donde hace años fue retirada una estatua ecuestre del ex presidente José López Portillo.
“El ex presidente llenó de deshonor no sólo al Ejército, sino también a la nación, pues durante su quinto informe de gobierno, el 1 de septiembre de 1969, Díaz Ordaz se declaró personalmente responsable desde el punto de vista moral, ético e histórico” de la masacre, señalaron.
Indicaron que sería impropio denominar a calles o avenidas con los nombres de Victoriano Huerta, Maximiliano de Habsburgo y Antonio López de Santa Anna. Y también es incorrecto que lleven el nombre de Díaz Ordaz, porque consideraron que ofende a la memoria de la nación y convertiría a las autoridades en cómplices ideológicos por mantener ese inmerecido honor al represor.