Monterrey.— Con la tormenta tropical Alberto, Nuevo León puso oficialmente fin a la sequía histórica que mantenía desde hace cuatro años; sin embargo, especialistas estiman que es momento de tomar medidas porque esta agua podría durar sólo hasta 2027.
Datos del Monitor de Sequía México indican que en 2020, un 98% del territorio de la entidad registraba afectaciones por la sequía, con 49 de los 51 municipios con falta de agua extrema y moderada, lo que se consideró como histórica.
Para julio de 2024, la zona afectada era sólo de 4%, con sólo tres municipios en el grado de “anormalmente seco”: Anáhuac, Bustamante y Lampazos de Naranjo.
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El director general del Organismo de Cuenca del Río Bravo de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Luis Carlos Alatorre, explicó que la sequía que vivió Nuevo León se debió a las nulas lluvias.
“Desde el año 2020 no se tenían precipitaciones por encima de la media estatal [la lluvia media anual en Nuevo León es de 624.9 mm]. En 2021 la precipitación media estatal fue de 618.4 mm; en 2022, 491.7 mm, y en 2023, 518.50 mm.
“Aclarado lo anterior, se puede decir que teníamos tres años y medio de sequía, previo al impacto de la tormenta tropical Alberto en Nuevo León, siendo las zonas más afectadas los municipios en el sur y oriente de Nuevo León”, señaló el titular de la Conagua en el estado.
Aunque la sequía extrema se presentó en 2020, el porcentaje seco todavía estaba en 74% durante 2022, con 25 de 51 municipios afectados.
Ese año, el gobierno estatal declaró la emergencia y comenzaron los programas de tandeo en el servicio de agua potable.
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El área metropolitana de Monterrey comenzó a carecer de líquido, con las tres presas de almacenamiento prácticamente vacías.
“Al haber menos disponibilidad del recurso, nos vimos afectados en todos los ámbitos, en el industrial, el agrícola, la población y las ciudades”, expuso el funcionario.
“Tuvimos que racionar, ser eficientes en la distribución y en 2022 nos vimos en la situación de tandeos”, señaló el jefe internacional del agua de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Víctor Hugo Guerra Cobián.
La evolución de las presas
“En el año 2022, además de sequía meteorológica, también se presentó sequía hidrológica, fue la época de mayor demanda de agua en la zona metropolitana de Monterrey. En el verano de 2022 los niveles de almacenamiento mínimos alcanzados en la presa La Boca fueron de 9.02% y la presa Cerro Prieto de 0.53%.
“En la primera se pudo extraer un caudal muy limitado para el uso público urbano, mientras que de la segunda ya no fue posible extraer volúmenes de agua para la zona metropolitana, y esto dio origen a la crisis hídrica conocida por todos”, explicó Luis Carlos Alatorre.
En julio de 2024, y tras las precipitaciones por arriba de la media estatal, las presas alcanzaron su máximo almacenamiento y fue necesaria una serie de desfogues.
Actualmente, la presa Rodrigo Gómez La Boca se encuentra a 97.09% de su capacidad máxima; El Cuchillo alcanzó 84.38% y Cerro Prieto registra 81%.
“A la fecha, las tres presas han requerido de desfogues controlados, conforme a su política de operación. La sequía que tenía más de tres años llegó a su fin con dos días de lluvias provocadas por Alberto”, explicó el funcionario.
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El agua será temporal
Sin embargo, según los pronósticos, no habrá más precipitaciones por encima de la media ni más ingresos a las presas; el agua en Nuevo León podría durar sólo tres años.
El también presidente de la Red Mexicana de Recursos Hídricos, Víctor Hugo Guerra Cobián, manifestó que la única manera de garantizar el agua por más tiempo sería que durante los próximos cinco años se presentaran lluvias; sin embargo, reconoció que la constante en Nuevo León ha sido la falta de precipitaciones en la última década.
“Ese adiós a la sequía es temporal, porque los patrones de las lluvias en el estado han estado muy cambiantes en las últimas décadas debido al cambio climático que ya todo mundo conocemos. El recurso que tenemos disponible, al irlo consumiendo, va a ir disminuyendo.
“Muchas personas tienen la idea de que como ya tenemos las presas, ya tenemos agua para toda la vida y no es así, ese recurso va a durar cierto tiempo, si es que las lluvias en los próximos años, no son lluvias considerables”, explicó el especialista en hidrología de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Alistarse para el futuro
Si las autoridades no refuerzan las campañas para el cuidado del agua y no modernizan la infraestructura hídrica, Nuevo León podría enfrentar otra sequía en menos de tres años, consideraron especialistas.
“Hay que seguir con el programa de cultura del agua, seguir concientizando a la población, no porque ahorita las presas están llenas y hemos tenido que desfogar agua por seguridad de las instalaciones vamos a estar mal gastando el recurso, lo tenemos que seguir cuidando igual que hace un año o dos años”, dijo.
Las autoridades deben también tomar acciones con respecto a la infraestructura, aprovechar para reparar daños, el mantenimiento, las bombas, explicó Guerra Cobián, jefe del Centro Internacional del Agua de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
El experto en hidrología advirtió que, en el caso de Nuevo León, la tecnificación del campo es urgente para comenzar con el ahorro del agua lo antes posible.
“Esto es algo que desde hace muchos años se ha tratado de ver cómo se tecnifica el campo, cómo se sintetiza la parte agrícola, pero desafortunadamente las acciones que han llevado a cabo los gobiernos no han dado los frutos que se esperaban.
“Estamos muy lejos de que nuestros campos estén tecnificados. Con tecnología moderna, con GPS, satélites, se puede eficientizar el consumo del agua, pero estamos todavía lejos de llegar a eso”, lamentó.