Cancún.- Dada la fragilidad de los recursos hídricos y el riesgo que corre la riqueza natural en el Tramo 5 del megaproyecto Tren Maya , una veintena de organizaciones civiles y decenas de especialistas en distintas materias, solicitaron al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se organice una consulta pública, previa, libre, e informada, apegada a lo que establece el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para definir el nuevo trazo de Cancún a Tulum.

Mediante un posicionamiento público, se exhorta al mandatario a actuar en congruencia con sus palabras y con base en el marco legal vigente, para que este ejercicio, además, incluya la obtención del consentimiento explícito de las comunidades y pueblos originarios, así como la autorización en materia de impacto ambiental de todo el territorio comprendido por el ambicioso proyecto y que el trazo se sujete a los planteamientos que detallan en su carta pública.

La preocupación de quienes suscriben la postura pública, estriba en los “graves impactos” que tendrá el nuevo trazo del megaproyecto en el Tramo 5, debido a la agudización de la fragmentación del territorio y la pérdida de conectividad ecológica entre las áreas de conservación, favoreciendo la reducción de la cobertura boscosa, el aislamiento de las poblaciones de flora y fauna; la interrupción de los corredores biológicos, el cambio del microclima y la transformación del hábitat.

“El derecho de vía para una obra como la que se pretende construir, determina la remoción de una inmensa cantidad de vegetación primaria y secundaria, que hoy da albergue a cientos y, probablemente, miles de especies que ya enfrentan graves riesgos de extinción.

“El impacto de esta franja de deforestación será muy grave y no hay forma de mitigarla”, alertaron.

El tema más grave tiene que ver con el agotamiento y contaminación del acuífero de la Península de Yucatán. Se expone que tan solo el tramo 5 Sur, que va de Playa del Carmen a Tulum, pasará sobre o aguas arriba de varios sistemas de cuevas por donde corre la red de ríos subterráneos más grande del mundo.

Estos sistemas fueron identificados como Sac Mul, Angry Wasp, Pool Tunich, Jaguar Paw, Chango Mistico, Pondeorsa, Pixan Bel, Minotauro, Obel Ha, Sac Actun, Dos Ojos y Nunan Ha.

“Entre los sistemas mencionados se encuentran las dos cuevas semi inundadas más extensas de la Península de Yucatán y el sistema de cuevas inundadas más extenso del mundo.

“En total, Quintana Roo Speleological Survey reporta que se han mapeado más de mil 650 kilómetros de cuevas inundadas y de 360 kilómetros de cuevas semi inundadas”, se enfatizó.

Sin embargo, expertos que también han estudiado la región, aclaran que estos sistemas de cuevas son solo una característica visible que apenas puede representar el 10 por ciento de una red de conductos interconectados que transportan y almacenan agua dulce, la cual sustenta toda la vida, los ecosistemas y las actividades turísticas de la región.

“Es decir, esta zona aguas abajo del sitio preliminar en donde se planea construir el Tramo 5, es una inmensa reserva de agua dulce y prístina que mantiene un equilibrio ecológico e hidrogeológico y que a su vez sustenta importantes ecosistemas como los humedales y el Arrecife Mesoamericano, los cuales son sumideros de carbono (lo absorben).

“Las implicaciones de construir un tren sobre o aguas arriba de un terreno kárstico (poroso y altamente permeable y frágil) son los inminentes colapsos y la posible contaminación que lleve a una degradación irremediable de este acuífero”, detallaron.

Entre las organizaciones firmantes se encuentran Centinelas del Agua, con una amplia experiencia y estudio del suelo cárstico y del sistema hídrico subterráneo en la región; Moce Yax Cuxtal, con 20 años de trabajo en defensa de los recursos naturales de la Riviera Maya; el Grupo Tortuguero del Caribe, con trabajo y estudio especializado en tortuga marina; y el Círculo Espeleológico del Mayab, integrado por espeleobuzos que estudian las cuevas acuáticas subterráneas de la zona.

También firman las organizaciones Jaguar Wildlife Center; Perma Cultura en Resistencia, SAVE-Akumal, Manta Caribbean, Riviera Maya Sostenible, Primero Conservation, Cenote Republic, Biodiversidad Mesoamericana, y organizaciones feministas como Siempre Unidas y Arthemisas por la Equidad.

De forma individual, figuran especialistas, científicos, activistas ex funcionarios, consultores ambientales y activistas, entre ellos, el doctor Jorge López Portillo, el abogado y exdelegado de la Semarnat, José Luis Funes; el expresidente de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Luis Fueyo y Rodrigo Medellín, del Instituto de Ecología de la UNAM.

Además, Valeria Tonws, de la Facultad de Ciencias, de la misma universidad; el biólogo, Roberto Rojo; Mayra Gavito, del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, también de la UNAM; la consultora ambiental Marisol Rueda; Vania Olmos Lau, facilitadora regional para Latinoamérica y el Caribe, del Grupo de Niéz y Juventud ante el Programa de las Naciones Unidad para el Medio Ambiente (PNUMA); la arqueóloga Fátima del Rosario Tec Pool, entre otros.

Entre los impactos se menciona también la probable extinción de flora y fauna, ya que el Tren Maya impactará de forma negativa al entorno, al provocar “la total deforestación”.

En los 120 kilómetros de Cancún a Tulum –indicaron– se talarán árboles de diversas especies, como el ramón, cedro, ciricote, chico zapote, ceibas, caobas, distintas especies de palmas y vegetación asociada a humedales, provocando la fragmentación y la pérdida de hábitat para ejemplares prioritarios para la conservación y en peligro de extinción, como el jaguar.

“Se afectarán distintas especies de reptiles como tortugas, iguanas, serpientes y cocodrilos. Muchas especies de murciélagos se verán afectadas, así como aves residentes y migratorias, entre otras que están catalogadas como amenazadas, sujetas a protección especial o en peligro de extinción por diversas normas.

“Entre los efectos más comunes de la infraestructura ferroviaria se encuentran los atropellamientos de fauna y el efecto de barrera, en virtud de los cuales los ecosistemas pierden conectividad”, se indicó.

Aún cuando se admite que el Fondo Nacional del Fomento al Turismo (Fonatur), ha trabajado en el diseño de pasos de fauna para mitigar el impacto de la fragmentación y del propio paso del tren, estos deberían ser, en su mayoría, elevados, muy anchos y poblados de vegetación densa, asociados a estudios biológicos y topográficos para entender las necesidades de conectividad de las especies en riesgo.

“A la fecha no hemos visto ningún indicio de que, efectivamente, se esté contemplando la construcción de los múltiples pasos de fauna elevados, ni se conoce su ubicación y características.

Se agregó a la problemática que generará el Tren, el aumento en la generación de residuos sólidos, debido al aumento de población migrante llamada por la creación de nuevos centros de población, además de los turistas, en una región que ya tiene serios problemas para el manejo y disposición final de su basura.

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