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Mara Fernanda
era estudiante de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y tenía 19 años cuando desapareció, tras abordar un taxi de la empresa Cabify ; cursaba el tercer semestre de la licenciatura en Ciencias Políticas y gozaba de una beca gracias a sus buenas calificaciones.
Era querida por sus compañeros y también pertenecía a la Mesa Directiva de su facultad, a donde llegó hace año y medio luego de abandonar Veracruz, que era su lugar natal.
La joven es la hija más pequeña de la familia y residía en una entidad distinta a la de su madre, precisamente para cursar sus estudios de nivel superior. Como todas las mujeres de su edad, disfrutaba pasar tiempo con sus amigos, su hermana y salir a divertirse.
A sus 19 años, Mara disfruta las caricaturas y películas de Disney. “Es una mujer alegre y disciplinada”, según relata su madre, la señora Gabriela Miranda López.
En entrevista con EL UNIVERSAL, platicó que a su hija le gusta hacer ejercicio, escuchar música y pasar tiempo con su mejor amiga (su hermana), quien estudia en el mismo recinto académico que ella. La señora Gabriela Miranda siempre que se refiere a Mara lo hace en presente, porque confía en que pronto volverá a reunirse con ella.
Hasta antes de su desaparición, Mara vivía en un fraccionamiento en San Andrés Cholula, que forma parte de la zona conurbada a la capital poblana. “Es amable, pero no habla mucho con las personas que no conoce, tiene muchas amistades y ningún enemigo”, asegura su mamá, quien trabaja como profesora de la SEP en Veracruz .
La joven abandonó su lugar natal para buscar mejores oportunidades académicas y alejarse de la inseguridad que permeaba Veracruz. En sus redes sociales, que tienen configuración privada, es posible observar que comparte fotos con su hermana y que recibe comentarios de diversos integrantes de su familia, quienes residen en Xalapa.
A su madre le informaron de su desaparición el sábado por la mañana, mediante una llamada telefónica. Pese a la intensa campaña de denuncia, hasta el momento ya suman seis días sin rastro de la universitaria.
* Con información de Edgar Ávila
afcl