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“Perdí el miedo cuando asesinaron a mi hijo”

Adolfo Alejandro fue ultimado en el camión al regresar a su casa; su padre hace guardia para que los homicidas no sean liberados

Además de luchar contra la impunidad por el homicidio de su hijo, don Armando lamenta tener que hacerlo también contra la Comisión Estatal de Derechos Humanos, “que da más garantías a los delincuentes que a las víctimas”, dice. Foto: LUMA LÓPEZ.
24/02/2019 |03:24Leobardo Pérez Marín / Corresponsal |
Leobardo Pérez Marín
Corresponsal en TabascoVer perfil

estados@eluniversal.com.mx

Villahermosa.— Adolfo Alejandro, estudiante de la carrera de Ingeniería Mecatrónica de tan sólo 18 años, fue una víctima más de la inseguridad que se vive en Villahermosa. Tres sujetos lo asaltaron y apuñalaron cuando regresaba de la universidad; la herida le causó la muerte.

Armando, padre del joven, busca que se castigue a quienes le arrebataron a su primogénito.

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Sentado en la sala de su casa, Armando Vega relata todo el calvario que ha vivido desde la tarde del 5 de febrero, cuando El Peje, El 80 y un cómplice más atacaron a su hijo al bajar del transporte público cuando regresaba de la Universidad Politécnica del Centro, donde cursaba el segundo cuatrimestre de su carrera, la cual estaba estudiando a pesar de las problemas económicos que enfrenta la familia.

La familia esperaba a Adolfo Alejandro a las cinco de la tarde; eso no ocurrió, pues a tan sólo 800 metros perdió la vida a causa de una herida con arma blanca que le propinaron los tres presuntos delincuentes. Lo mataron justo frente al reclusorio del estado, a la vista de dos guardias y de las cámaras de video que, hoy se sabe, no funcionan porque no captaron las imágenes de los hechos.

“Su promedio era de 9.3 en calificaciones; no era un muchacho que trataba de estudiar o como que estudiaba, realmente era un buen muchacho; nunca tuve problemas con él en ese sentido, incluso él cursaba Ingeniería en Mecatrónica porque le dije que era la carrera que a mí me hubiera gustado estudiar”, cuenta el padre de Adolfo, quien no puede contener el llanto.

El día de la tragedia, Armando fue a dejar a su hijo a la parada del autobús, al despedirlo, extrañamente Adolfo Alejandro no le dijo “viejito”, como de costumbre, sino se despidió con un “nos vemos, papá”, fue la última vez que escuchó su voz.

“Perdí el miedo cuando asesinaron a mi hijo”

Plenamente identificados. Los presuntos homicidas del estudiante de 18 años viven en el fraccionamiento Lagunas, una zona de alta inseguridad donde las autoridades no han podido bajar los índices delictivos. Días después de matar al universitario, los criminales se paseaban por la zona “sin culpa”, dicen vecinos.

Y fue precisamente uno de los vecinos quien se armó de valor y llamó a la Policía Estatal para que los detuvieran, lo que sí ocurrió.

Desde la detención de los presuntos culpables, don Armando hace guardia en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la Fiscalía General del Estado (FGE) para que no los dejen libres, “quiero justicia, para que ninguna otra familia sufra la pérdida de un ser querido”, señala.

Esta lucha le ha ocasionado amenazas de la familia de El Peje y El 80, este último de 16 años y quien había sido liberado pero, ante las denuncias públicas y exigencias de castigo, un juez ordenó su reaprehensión. Incluso, el gobernador, Adán Augusto López Hernández, prometió que no habrá impunidad.

“Ya no tengo miedo, lo perdí realmente cuando mataron a mi hijo; tenía miedo cuando él no llegaba temprano a casa; tenía miedo porque no sabía si le podía pasar algo; tenía miedo porque tenía que estar pendiente de su llegada y de su salida, pero ya que me lo mataron el miedo se me fue, ya no les tengo miedo”, asegura don Armando.

Ahora, dice que no sólo tiene que luchar contra la impunidad, sino también contra la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que protege a los delincuentes, “que da más garantías a ellos que a las víctimas”.

“Yo estoy asombrado, cómo es posible que un menor al haber participado en un homicidio tenga más derechos que mi hijo que fue asesinado; yo mismo he visto que es una sobreprotección que tiene, se ve que Derechos Humanos protege a los asesinos, a los delincuentes”, acusa don Armando con la voz entrecortada, quien dice que no descansará hasta que haya justicia para su hijo.

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