San Juan del Río.— “Me asusté mucho, pensé que nos íbamos a ahogar”, dice el pequeño Enrique, de apenas 8 años, mientras se aferra a las faldas de su abuela, María Elena Mendoza, mujer de la tercera edad, casi ciega, hipertensa y diabética que junto a sus tres nietos abordó con dificultad la lancha en la que fueron rescatados de su casa inundada casi por completo debido a las fuertes lluvias, el desbordamiento del río y el desfogue de las presas en San Juan del Río.
“Pero no pasó nada, mi amor, estamos bien”, responde la mujer, mientras se desplaza con su familia sobre la enorme barcaza dirigida por elementos del Ejército. Ella, su familia y otra decena de personas viajan en la misma lancha para llegar a tierra firme, pues su colonia está toda bajo el agua.
“Nos fue muy mal con la lluvía de ayer, la casa se inundó muchísimo. Cuando subimos a la lancha se volteó y todos nos caímos al agua, ahí perdí mi mochila con ropa y medicinas. Mis nietos están muy asustados, creyeron que íbamos a morir ahogados.
“Es la tercera vez que dejamos la casa por las lluvias, pero nunca habíamos tenido una situación tan grave como esta”, cuenta María Elena, mientras aprieta los ojos para distinguir las siluetas de sus tres nietos, de quienes ella es la responsable.
Sostiene en sus manos un plato con huevo y frijoles. A diferencia de sus nietos, que comen sentados en la banqueta, ella no ha probado bocado. Su esposo y una de sus nietas aún están en su casa. Ella dice que no estará tranquila hasta que la familia esté completa de nuevo.
Y es que la lluvía no ha dado tregua al fraccionamiento La Rueda, en San Juan del Río, donde cientos de personas fueron evacuadas, por tercera ocasión, en menos de 15 días.
Los militares llevan un conteo de hombres, mujeres, niños y mascotas evacuados, algunos van con familiares, otros van al albergue.