Xcalák.— Aunque al tocar la costa de Xcalák, en Quintana Roo, entabló las ventanas y puertas de la casa de descanso que cuida para que los vientos del huracán no arrasen con su fuente de ingresos.

El martes por la mañana, cuando se enteró por televisión de que el llegaría con intensidad, empezó a fijar los pedazos de pino de una pulgada que piensa serán suficientes para atajar el meteoro, y así como él lo hicieron sus vecinos, que en su mayoría trabajan atendiendo posadas turísticas propiedad de extranjeros.

“Yo siento que no nos va a llegar muy fuerte. Hay que pedirle a Dios que no nos llegue muy fuerte. No lo vemos grande y sabemos que vamos a salir adelante, pero sí hay un poquito de miedo en Xcalák porque ya pasó uno que mató mucha gente, desapareció el pueblo y lo vino a destruir todo”, dijo el hombre en una plática con EL UNIVERSAL.

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Los pobladores de Xcalák colocaron tablas en puertas y ventanas ante la próxima llegada del huracán Be r y l a las costas de Quintana Roo. Foto: Valente Rosas | El Universal
Los pobladores de Xcalák colocaron tablas en puertas y ventanas ante la próxima llegada del huracán Be r y l a las costas de Quintana Roo. Foto: Valente Rosas | El Universal

En la residencia, ubicada a seis metros del mar y de algunos manglares, también trabaja su esposa Martha Sánchez, quien se encarga de la limpieza.

En la casa también vive Luis Córdoba —hijo de Joselito— con su mujer y su hijo de un año, así como un hombre de la tercera edad que por varios años se dedicó a mantener la vivienda y hoy ya no puede hacerlo. La familia Córdoba Sánchez también se dedica a la pesca. Son dueños de tres lanchas y con cada una extraen del Caribe hasta 10 kilos de peces, pero dejaron de pescar desde el sábado “porque el mar es bravo y no vale la pena perder la vida” por defender una lancha.

Ayer, cuando Protección Civil estatal llegó a informar que era obligatorio evacuar Xcalák porque Beryl podría no perder intensidad al llegar a México, Martha y Joselito envolvieron los muebles de la casa en una capa de plástico y se llevaron lo más importante a su domicilio, en la colonia El Aguado, donde, dicen, “no va a pasar nada”, pues también funciona como albergue.

Joselito también es pastor cristiano y los domingos oficia misa en su colonia. Durante otros ciclones convirtió su casa en refugio, a donde llegan hasta 50 personas durante las tormentas.

“La pasamos bien. No debemos tener miedo... vamos a pedir que no pegue tan duro para que no sea una tragedia”, dijo Martha Sánchez.

Este miércoles, el mar se retiró casi tres metros de la orilla de la playa y casi no hay viento. “Es que el ciclón está jalando fuerza. Ya jaló el agua y jaló el aire para traerlo mañana”, explicó la mujer.

Por la tarde, la pareja resguardó sus tres embarcaciones en un brazo de la laguna que los separa de Chetumal para mantenerlas seguras; aseguran que después del golpe, Beryl traerá buena pesca.

Su hijo Luis se encaminó a Felipe Carrillo Puerto a dejar a su esposa y su hijo protegidos del huracán lejos de la costa y luego se resguardaron con el velador de la tercera edad que también cuida la residencia.

Al igual que ellos, la mayoría de los pobladores de Xcalák protegieron sus hogares, guardaron sus lanchas y objetos de valor, y partieron hacia Chetumal, Tulum, Bacalar, Mérida y Cancún en sus autos o en camiones de la Marina. Dicen que Beryl “será el huracán más grande que haya tocado” la zona.

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Evacúan Punta Allen

La Marina llegó ayer a Punta Allen, en el municipio de Carrillo Puerto — donde se prevé que entre Beryl la madrugada del viernes— para evacuar a la población.

Sin embargo, apenas lograron salir dos unidades con unas 20 personas cada una y un vehículo más con otras 10 personas, pues la mayoría de pobladores decidió quedarse por temor a perder sus pertenencias.

Beatriz, de 29 años, fue evacuada en un camión de la Marina junto a sus dos hijos, y su hermana, con sus cuatro hijos.

“Si fuéramos nosotras no importa, nos quedaríamos a cuidar nuestras cosas. Es más que nada por los niños”, expresó.

Turistas saturan aeropuerto

El huracán Beryl se mantenía anoche en categoría 4 en el mar Caribe, tras su paso por Jamaica, y continuaba su trayectoria hacia las costas de Quintana Roo, que estaba ya en alerta amarilla, al igual que Yucatán.

Se prevé que Beryl impacte durante la madrugada del viernes, directamente en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, entrando entre Punta Pájaros y Punta Herrero, con probable categoría 2.

En el aeropuerto de Cancún ya se veían miles de turistas intentando salir de la ciudad antes de la llegada del huracán, lo que generó aglomeraciones en las aerolíneas.

De acuerdo con Grupo Asur, los 155 vueltos internacionales y 95 nacionales del Aeropuerto de Cancún operaban ayer de manera normal, y los vuelos comerciales programados para este jueves continuaban sin cancelaciones “en tanto las condiciones climáticas lo permitan”.

Precisó que sólo los vuelos programados entre los aeropuertos de Cancún y de Cozumel cesarán a partir de las 15:30 horas del jueves.

La línea de autobuses ADO informó que suspenderá operaciones de las 20:00 horas del jueves a las 10:00 horas del viernes.

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