A quien sus colaboradores lo han dejado mal parado, nos platican, es al presidente municipal de Ahome, Sinaloa, Gerardo Vargas Landeros (Morena), pues aún contra la legislación vigente, hace medio año pintó las patrullas de su municipio en tonos guindas, como los de su partido, argumentando que así enviaría un mensaje a los ciudadanos de “seguridad real y justicia”. No obstante, nos dicen, al de la Cuarta Transformación poco le duró el gusto, pues cada vez suman más las denuncias por abuso de autoridad, corrupción y extorsiones en contra de ciudadanos por parte de los policías municipales y de tránsito. Pero eso no es todo, nos añaden, pues ante esta situación, el edil se vio obligado a justificar y asegurar que todo marcha bien y que, en todo caso, estas quejas tienen su origen en que “los ciudadanos ahora sí se animan a denunciar”. ¿Le creemos?

De cambios y malos recuerdos

Todo parece indicar, nos comentan, que los cambios en el gobierno de Morelos, con la llegada de abogados a la Secretaría de Gobierno y en la Oficina de la Gubernatura, resultaron funcionales y satisfactorios para el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo (PES), porque ambos son reactivos a los movimientos de grupos políticos y promotores del diálogo, contrario a sus predecesores —entre ellos el exmánager de Blanco, José Manuel Sanz Rivera—, quienes prácticamente eludían los conflictos y evitaban involucrarse a fondo. ¡Al final no hay mal que por bien no venga!

Las “mentiritas” del alcalde

Desde Chiapas nos cuentan que quien ni la burla perdona es el presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez, Carlos Morales Vázquez, luego de que hace unos días dijo que estaba contento porque el río Sabinal, que atraviesa la ciudad, estaba cada vez más “limpio”, lo que de inmediato le valió críticas y cuestionamientos de quienes le recordaron al morenista que no hay forma de que hablara con la verdad, sobre todo porque por este cuerpo de agua desemboca el drenaje de unas 600 mil personas y, como este problema no ha sido atendido, lo mejor sería hacer su chamba o callar. ¡Auch!