Tijuana.— Con una votación de 50% a su favor, Jaime Bonilla Valdez obtuvo el triunfo en la gubernatura de Baja California. El candidato de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PVEM-Transformemos) dijo a EL UNIVERSAL que su gubernatura —que durará 2 años— será para corregir las irregularidades actuales: nóminas infladas, aviadores, endeudamiento. Ello, asegura, es cambiar el régimen, “cortar hasta que duela”, aunque implique despidos masivos.
Este empresario bajacaliforniano, quien presume tener amistad con el presidente Andrés Manuel López Obrador desde hace más de 20 años, acabó con 30 años de gobierno panista en Baja California. En su oficina de la conocida Casa Morena en Tijuana, Bonilla Valdez tiene a sus espaldas una enorme pintura de López Obrador y, de fondo, Benito Juárez. Desde ahí advierte que en Baja California no habrá borrón y cuenta nueva, el nuevo gobierno no tendrá amigos, la ley por delante.
¿Va por borrón y cuenta nueva?
—En algunas cosas se vale eso, pero cuando se habla del dinero de otras personas no es borrón y cuenta nueva, y cuando hay compromisos que se hicieron por administraciones anteriores y no se cumplieron, no puede ser borrón y cuenta nueva.
¿Por algo hay que empezar?
—Tenemos una tarea fuerte, pero no es imposible. El estado ha sido abandonado. No hay obra, hay adeudos increíbles, hay una nómina altísima, gasto corriente para llorar, hay un sinnúmero de aviadores detectados, hay gente que está metida en la nómina desde hace años, que ni siquiera vive en Baja California... no se puede decir borrón y cuenta nueva.
La gente no quiere venganza ni cacería de brujas, quiere justicia, que se haga lo que se tiene que hacer. Soy una persona de palabra, lo dije en mi campaña: yo, donde vea anomalías, caiga quien caiga, no hay vacas sagradas.
¿Cacería de brujas?
—Es una línea muy delgadita. Los perseguidos dicen ser víctimas de una cacería, los que los persiguen dicen ser víctimas del robo que cometiste, pero no es una cosa o la otra, hay una parte gris que es donde ha habido abuso de los funcionarios que históricamente han tenido impunidad, y la impunidad ya se acabó.
Usted es empresario y sabe que la línea es muy delgada en temas empresariales y políticos...
—Está bien, se vale, pero no a costillas de los intereses de los demás. Que hagan sus negocios lícitos, pero que no hagan negocios a la sombra del poder para beneficiarse ellos y perjudicar a los demás, eso ya no se vale.
¿Usted tendrá amigos?
—Sí, pero ningún amigo, ningún empresario va a tener impunidad.
Que se entienda y el que no quiera que no venga a trabajar en el gobierno, porque o todos coludos o todos rabones.
Acaba usted con 30 años del PAN en Baja California, ¿qué le refleja?
—El compromiso es mucho mayor, nosotros fincamos nuestra campaña en un cambio radical, no nada más de gobierno y de partido, sino en un cambio de régimen. Cuando entra [Ernesto] Ruffo, en realidad entra la corrupción a su máxima expresión, entran los cárteles a Baja California, los secuestros, y, si se le suma lo descompuesto que estaba el PRI, el PAN se convierte en el PRI que tanto criticaron. Yo quisiera ver, de todo lo que se robaron los panistas, quién está en la cárcel.
¿Usted sí los va a meter a la cárcel?
—Sí. Yo no voy a meter las manos para sacar a nadie de la cárcel. Si les hacen su proceso, ahí van derechito, yo no soy nadie para darles impunidad. Yo no me debo a ellos, yo me debo a la sociedad (...) no les puedo quedar mal.
¿Se debe al presidente López Obrador?
—Bueno, el perfil que todos debemos tomar es el del presidente López Obrador, que ha sido un ejemplo. Es un hombre incorruptible, es un hombre a quien lo material nunca le ha llamado. Yo conozco a Andrés Manuel desde hace muchos años, más de 20, y no es un hombre al que le llame la atención lo material.
Usted dice que la gente quiere el cambio, pero en Baja California sólo votó 29%...
—Lo importante es que yo no les quedé mal, 50% votó por mí.
¿Ese 50% estuvo alimentado todavía por las elecciones federales de 2018?
—Sí. Lo impresionante del año pasado es que ganó [Andrés Manuel López Obrador], se llevó carro completo y esta situación se repite, aquí tuvimos carro completo.
¿Se puede un cambio de régimen con despidos masivos y recorte de programas?
—Yo creo que es un cambio cuando esos dineros son desperdiciados, cuando se habla de programas de los que nunca llegaba el dinero a la gente. Lo que se hace es enmendar esas fugas de dinero (...) Se tiene que cortar hasta que duela, la verdad, y va a doler, pero es parte del cambio, porque los recursos tienen que llegar a la gente que los necesita.