Chilpancingo.— La gobernadora Evelyn Salgado Pineda (Morena) lo repite cada vez que puede, por no decir que siempre: “Se acabaron las camionetas blindadas y los privilegios”.

Sin embargo, ser hermana o padre de la gobernadora trae ciertos privilegios: como que te organicen una buena toma de protesta para asumir un cargo en su gobierno (Liz Adriana) o poder hablar en sus actos sin límite de tiempo y sin ser parte del gobierno hacer anuncios importantes.

El teatro María Luisa Ocampo se llenó para la toma de protesta de otro Salgado: Liz Adriana Salgado Pineda como presidenta honoraria del DIF Guerrero.

El DIF es un cargo honorífico, pero en Guerrero cuenta con muchos recursos, por lo menos en la última administración ejerció un presupuesto anual en promedio de 700 a 800 millones de pesos, un gasto muy superior al de muchas otras secretarías, incluso más elevado que el que ejerce el Congreso local y similar al del Poder Judicial. Este 2021 ejerció más de 725 millones de pesos. Como director del DIF nombraron a Gonzalo Muñiz, un amigo y colaborador de Félix Salgado.

El show de los Salgado

El pasado viernes, horas después de que rindió protesta, Evelyn Salgado tomó el juramento a los 20 funcionarios que integran su gabinete. En ese paquete, por supuesto, no estuvo su hermana Liz Adriana, ella tuvo una ceremonia propia, donde la acompañó toda su familia y sus seguidores la arroparon.

Hace una semana, casi fue un trámite, la gobernadora los presentó, les tomó protesta y les hizo firmar cartas compromiso. Bastaron unos minutos, no hubo fiesta con bandas de música ni danzas y un auditorio lleno, y menos porras, como ocurrió ayer.

Ayer sobraron las porras. En todo el evento, en una pantalla gigante que colocaron afuera del teatro, pasaron incesantemente fotos de Liz Adriana: con su hermana, su padre, en los mítines de campaña, en reuniones. Lo que no compartieron fue su currículum y sus credenciales para ser la presidenta del DIF, además de ser la hermana de la gobernadora.

En la ceremonia sólo hubo tres oradores, los tres Salgado: la gobernadora, su padre Félix y la protagonista del evento, Liz Adriana. Los tres se llenaron de halagos. El acto fue la fiesta de los Salgado.

“Somos equipo, somos familia”, repitieron por lo menos dos de los tres Salgados.

El consentido de la ceremonia —para variar— fue Félix. Fue el que se llevó más porras, el que habló más tiempo, incluso más que la gobernadora. Y algo más: sin tener un cargo formal y legal en el gobierno de su hija hizo un anuncio importante: el pago de los salarios y aguinaldo de los trabajadores del estado.

El anuncio es relevante por el momento que se vive en la entidad: los trabajadores del gobierno estatal continúan protestando por la falta de sus salarios y otras prestaciones que dejó de pagar la administración del priista Héctor Astudillo Flores.

Félix Salgado no sólo tiene el privilegio de ser el vocero sin cargo, ser el padre de la gobernadora lo hace un político bien informado, porque hasta esa hora la administración de su hija no había difundido ese acuerdo.

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