Desde su hogar, enclavado en lo alto del poblado de Ahuatepec, al norte de la ciudad, sabe cuando los “huachicoleros” incursionan por la noche para sustraer combustible de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Habita ese lugar de unos 100 metros cuadrados desde hace 20 años y nunca fue avisada de que estaba muy cerca de las líneas de conducción, menos de los grupos delictivos dedicados a robar gasolina.
Amparada en el anonimato, esta madre de familia cuenta que desde hace cinco meses aproximadamente descubrieron que después de las nueve de la noche, los huachicoleros suben con camionetas para extraer el combustible de los ductos de Pemex. “Nos ofrecen gasolina y 3 mil pesos a los que vivimos aquí para mantenernos callados”, denuncia y pide al gobierno de Cuauhtémoc Blanco realizar obra pública para alejarlos.
Por esa zona cruza una red de siete kilómetros de ductos de gasolina proveniente de la Ciudad de México con destino a la planta de la paraestatal localizada en Jiutepec. “El problema es tan complicado que los ductos están encima de las casas, es un riesgo para la población por el robo y contaminación al agua”, dice el director de Sistema de Agua Potable de Cuernavaca, José Pérez Torres.
Protección Civil municipal recorrió la comunidad de Ahuatepec para identificar nuevas tomas clandestinas y formas de robo. Son lugares casi despoblados. Los ductos, señalados con letreros y postes, pasan por terrenos de siembra y casas construidas con tabiques y cemento, pero también de láminas de cartón.
Los huachicoleros, según las autoridades, escarban debajo de los puentes para extraer el combustible de manera ilegal, como lo demostraron durante un recorrido con una brigada.
En 2017 las autoridades detectaron 478 tomas clandestinas de gasolina en Morelos. Los ductos atraviesan por los poblados de Chamilpa y Ocotepec, y las colonias Milpillas, Montessori y Flores Magón, al norte de la ciudad. Entre la población hay temor porque las fugas de hidrocarburo también contaminan los pozos de agua.