En 2021, 31 estados del país presentan algún nivel de sequía, entre “anormalmente seco” y “sequía excepcional”, de los cuales nueve son los más fuertes casos, según el Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua ( Conagua ) al 15 de abril.
La excepción del país es Campeche, mientras que en el otro extremo están Sonora, con 32 de 72 municipios con sequía extrema; Chihuahua, con 11 de 67 municipios; Coahuila con nueve de 38; Durango, con 29 de 39; Zacatecas, con 16 de 58; Michoacán, con 71 de 113; Nuevo León, con 27 de 51; Sinaloa, con 12 de 18, y Tamaulipas, con cuatro de 43.
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Incluso, los estados de Sonora, Coahuila y Tamaulipas presentan franjas en la frontera norte de sequía excepcional.
Las zonas más críticas
El estado con la situación más crítica, de acuerdo con el Monitor de Sequía, es Sonora, donde ante la falta de lluvias los mantos freáticos están en niveles críticos afectando principalmente a la ciudad de Nogales.
La Dirección General del Organismo Operador Municipal del Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (Oomapas) señaló que en la historia de Nogales jamás se había presentado una situación tan crítica.
“Estamos ante un caso de emergencia extrema por la falta de agua y los pozos presentan una reducción histórica de sus niveles”, alertaron autoridades.
En abril la Oamapas pidió a la Comisión Nacional del Agua en Sonora que declarara a la ciudad de Nogales zona de emergencia con el fin de implementar medidas para garantizar el agua potable para los ciudadanos, comercio e industria.
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En Durango, la falta de lluvias en los últimos meses ha provocado problemas de abasto para poblaciones y la muerte de miles de cabezas de ganado.
Guillermo Pacheco, coordinador estatal de Protección Civil, indicó que hay 24 municipios en sequía severa y 15 en extrema.
Refirió que, según los pronósticos, mayo y junio serán meses de muy poca precipitación, por lo que se espera que el problema se acentúe; por eso solicitaron una opinión técnica a la Conagua para saber la dimensión del problema.
Aclaró que por el llenado de las presas algunas zonas del sector agrícola tienen asegurado el riego, “pero para el ganado y pastizales ya hay problemas severos”.
Arrastran fenómeno
Pedro Silerio, dirigente estatal de la Confederación Nacional Campesina (CNC), comentó a EL UNIVERSAL que cada año las sequías afectan a Durango, pero ahora se vive una situación “extrema”.
“Arrastramos tres años anteriores en los que las precipitaciones han sido inferiores a los promedios históricos. No ha llovido de manera normal y todo afecta las actividades de producción de alimentos, ganadería y el tema forestal”, mencionó.
Ejemplificó que en la producción de frijol, de 220 mil hectáreas cerca de 60% han resultado afectadas y agregó que mientras antes se tenía una producción de hasta 120 mil toneladas, ahora es de menos de la mitad.
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Manuel Sánchez Zamudio, secretario de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (SAGDR), dijo que no hay una cifra certera de la muerte de ganado, aunque se estima entre 2% y 3% del hato, que asciende a un millón y medio de cabezas, es decir, serían entre 30 mil y 45 mil animales.
Sin embargo, Silerio estimó que la cifra es de unas 50 mil cabezas de ganado, lo que implica “pérdidas económicas cuantiosas”.
“Definitivamente, hay preocupación del sector social. El pronóstico de lluvia se ve complicado y de que se va a dar muerte de ganado se va a dar”, agregó.
En Nuevo León, la sequía viene desde agosto de 2020 y ya afecta a 48 de 51 municipios, principalmente al sector agropecuario.
No sólo el norte del país
Hidalgo vive una de las sequías más fuertes de los últimos años que ya afecta al Valle del Mezquital, considerado uno de los graneros más importantes para el centro del país.
La disminución del volumen de agua, el retraso en las siembras, el coyotaje y la entrega de títulos de aprovechamiento de aguas residuales mantienen preocupados a los campesinos, quienes han lanzado un llamado de auxilio al presidente Andrés Manuel López Obrador, a través de un escrito firmado por decenas de campesinos.
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El titular de la Unidad de Riego de Francisco I. Madero, Fernando Sánchez Reyna, advirtió que el problema en el campo es grave, pero nadie quiere voltear a ver. La falta de lluvia ha originado que se recrudezca la situación y es un problema en cascada.
Precisó que la sequía llevó a retardar el calendario de labranza porque en febrero, cuando se debió sembrar, se retrasó y se les dijo que sería para marzo y finalmente se empezó en abril, lo que originó que los brotes fueran dañados por la granizada que azotó hace dos semanas en Actopan y Francisco I. Madero, donde se afectaron mil 500 hectáreas, con una pérdida de entre 30 mil y 35 mil pesos por hectárea.
