Ciudad Juárez.— La nueva oleada migrante que se registra en esta frontera ha ocasionado que los extranjeros tarden hasta tres días en encontrar espacio en un albergue, ya que la mayoría tiene una ocupación de 90%.
Humercy Soherit Leal Arroyo es originaria de Venezuela; llegó recientemente a Juárez con su esposo y su hijo, y para encontrar un espacio en el albergue El Buen Samaritano esperaron tres días. En tanto, durmieron en la calle o “donde nos daba la noche”.
Relata que en su país eran comerciantes, pero la crisis los hizo migrar a Colombia, donde dejó a dos de sus hijos, y luego iniciaron el camino hacia Estados Unidos.
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Explica que decidieron ir a México para pedir asilo con la aplicación CBP One, a fin de “lograr cruzar más seguros y tener una mejor estabilidad, porque en Venezuela no se puede vivir”, explica la mujer.
Cuenta que al llegar a esta frontera se toparon con que los albergues estaban llenos, pero una persona los ayudó para que lograran obtener un espacio pronto, en lo que tramitan su cita en la aplicación.
“Un señor nos apartó el lugar... Cuando el señor nos trajo a este albergue estábamos en la calle, duramos tres días en la calle”, agrega.
A 10 días de estar en Ciudad Juárez, Humercy cuenta que el fin de su lucha termina el día que crucen a Estados Unidos y logren reunirse con una amiga venezolana que ya pudo ingresar y se encuentra en condiciones de recibirlos.
“Esto es de Dios, porque unos pasan a los tres días de que llegan, otros a los 15. Es el azar o la suerte que nos toque, pero allá en Venezuela, en Colombia, se sabe que aquí es el lugar más fácil para cruzar la frontera”, expresa.
De acuerdo con una trabajadora social del albergue El Buen Samaritano, en los últimos días han tenido un aumento de migrantes que buscan alojamiento, por lo cual sólo reciben a quienes tienen conocidos dentro del lugar, están por tener su cita de asilo político en Estados Unidos o ya cuentan con una opción de cruzar, pues dejan el espacio para quienes recién llegan.
Según explica, hasta el miércoles 6 de septiembre en el lugar habitaban 90 personas migrantes, la mayoría de ellas venezolanas.
“Los mismos migrantes dicen al pastor que viene una familia o conocido y le dicen para que al dejar ellos el espacio se pueda recibir o preguntan si hay espacio para recibirlos”, narra la trabajadora social, quien pidió omitir su identidad.
Sin lugar para dormir
Enrique Valenzuela, titular del Consejo Estatal de Población (Coespo), comenta que la ciudad no se encuentra en alerta por la llegada de más migrantes; sin embargo, en los últimos días sí han notado un aumento en cuanto al arribo de personas adultas que viajan solas, es decir, ahora son menos familias migrantes las que están llegando.
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Además, confirma que los albergues de Ciudad Juárez se encuentran operando hasta en un 90% de su capacidad.
Actualmente, se estima que existen en Ciudad Juárez, tanto en las calles como en los albergues, unos 12 mil migrantes, pues por semana puede variar el arribo de personas en movilidad de 100 a 400.
Por su parte, el alcalde de Ciudad de Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, asegura que se busca que, de nueva cuenta, el Instituto Nacional de Migración (INM) reactive un punto de revisión en el municipio de Jiménez, al sur del estado, el cual ya había estado anteriormente y ayudó a disminuir el número de migrantes que llegaban hasta Ciudad Juárez.
A la par, entre los gobiernos estatal y municipal se analiza la opción de abrir más espacios temporales para migrantes, para dar refugio en tanto disminuye la capacidad de personas en los albergues.
En recorridos realizados por EL UNIVERSAL, se constató cómo los migrantes que no logran ingresar a un refugio se concentran en diversas zonas de Ciudad Juárez y, en otros casos, llegan a dormir afuera del Centro Integrador Leona Vicario, a la espera de que salgan otros migrantes y así tener acceso.