Tapanatepec.— Están cansados y creen que gente extraña se ha infiltrado en la caravana de migrantes, pero no quieren volver atrás. Este domingo tenían pensado avanzar a Niltepec, no lo hicieron porque trabajan en reorganizarse.
Organizadores de la caravana señalan que la noche del sábado un guatemalteco estuvo a punto de ser linchado, al ser acusado de intentar robarse a un niño: “Es porque grupos no identificados se han infiltrado para hacernos quedar mal”.
Sin embargo, en conferencia de prensa, la hondureña María Amparo Ramírez se presentó con su hija para aclarar que no intentaron robársela, y que la violencia que se desató en el parque fue “por un malentendido”.
Lo ocurrido no fue provocado por integrantes de la caravana, sino por “infiltrados” en el movimiento, aclaró.
También comentó que gracias al impulso de su hija no se ha dado por vencida; “me despierto y le pido regresar, pero la niña responde: ‘No, mamá, mi sacrificio tiene precio. Mira adelante, atrás y a mi lado hay niños caminando’”.
Agregó que la mayoría de los integrantes de la caravana vienen en paz y con un sueño, el de seguir adelante.
Otro miembro de la caravana, Alexander Martínez, explicó que los que causaron los disturbios no “son miembros” de la caravana y que cuando se desató la violencia ya no estaban los observadores de los derechos humanos.
Martínez aclaró que los jóvenes que provocaron el “pleito” fueron “mandados para hacernos quedar mal ante el pueblo de México”.
Los comités de seguridad de la caravana se reorganizan con el fin de evitar incidentes y advierten que quienes hagan desmanes serán puestos a disposición de las autoridades.
Dio a conocer que este lunes caminarán hacia Niltepec y añadió que han resentido la falta de ayuda, principalmente de alimentos y agua. Este domingo, el apoyo que entregó la sociedad civil consistió sólo en un sándwich de jamón por persona.