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Zacatecas.— Entre llanto, cantos de música sierreña, globos blancos, decenas de arreglos florales y una oración por su descanso, los amigos y conocidos de las hermanas Viviana y Daniela Márquez Pichardo y su prima Irma Paola Vargas Montoya, las despidieron en esta capital.
Los conocidos de las víctimas pidieron a los familiares que se les permitiera darles el último adiós en esta tierra, pues serían sepultadas en Colotlán, Jalisco.
Viviana y Daniela, junto con Paola y José Melesio Gutiérrez, originarios de Colotlán, Jalisco, desaparecieron el pasado 25 de diciembre cuando regresaban de Zacatecas y sus cuerpos fueron localizados en Tepetongo en una fosa clandestina el miércoles pasado.
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El fiscal Francisco José Murillo Ruiseco informó que, hasta la mañana de este viernes, los resultados de las confrontas genéticas en los restos óseos confirmaban que sí corresponden a las hermanas Viviana y Daniela, así como de su prima Paola.
Explicó que la única prueba faltante era la correspondiente al cuerpo del masculino, la cual estaba en proceso.
La mejor amiga de Viviana (quien omitió su nombre por seguridad) explicó que el homenaje de este viernes surgió porque eran decenas de amigos zacatecanos que se querían despedir.
“Desde que supimos de la desaparición, el pasado 25 de diciembre, nos invadió la tristeza y el coraje y por ello queríamos despedirnos de Viviana, su hermana y su prima”.
Sin embargo, la chica reconoció que les dio miedo cruzar la carretera federal 23 de Tepetongo rumbo a Colotlán, Jalisco, y por eso pidieron un espacio a los padres de Viviana para poder despedirse de ellas en una funeraria, ubicada en el municipio de Guadalupe.
Desde las 14:30 horas comenzó la llegada a la Capilla Protecto Deco. En pocos minutos, el lugar se llenó de jóvenes.
El cortejo fúnebre se retrasó, lo que fue aprovechado por los asistentes para contratar un grupo de música sierreña que le gustaba a Viviana, y sin pensarlo, cooperaron. Hasta sobró un poco de dinero para dárselo a sus papás como ayuda.
A las 16:00 horas, arribó el grupo. Media hora después arribaron los padres de las tres víctimas, con las carrozas que llevaban los féretros de madera de Viviana, Daniela y Paola.
Desde la entrada se escucharon los instrumentos de doble cuerda, el requinto, el tololoche y bajo eléctrico entonando Amor eterno, Te vas ángel mío, Dos almas y Un puño de tierra, así como una serie de corridos que siempre pedía Viviana en su cumpleaños.
Entre la música sonaban los llantos de dolor de sus padres y de todas sus amigas; nadie aguantó las lágrimas.
Después, un sacerdote acudió para encabezar una oración final, en la que pidió “por el eterno descanso de las tres jóvenes y también por aquellas personas a las que les arrebataron la vida, para que puedan convertirse, y vean el mal que están haciendo”.
En la despedida, sus amigas gritaban: “¡Te amamos, Viviana!”, “¡Nos duelen sus muertes, porque no merecían morir así!”.
Al salir, lanzaron los globos blancos para que se elevaran al cielo y para clamar justicia divina por estas terribles muertes. El cortejo tomó ruta a Colotlán, donde descansarán sus restos.
Daniel Márquez, padre de Viviana y Daniela, aseguró que el dolor que siente es grande, pero al menos ya siente tranquilidad de haberlas encontrado, “porque ya están con nosotros para darles cristiana sepultura, con eso ya estamos tranquilos, al tener un lugar dónde llorarles”.
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