Guadalajara.— Noé Alejandro Penilla Mares tiene 16 años y desapareció el 22 de julio de 2021, cuando un grupo de sujetos armados irrumpió en su casa para llevárselo a él, a su padre y a dos de sus hermanos; desde entonces, su madre, Verónica Mares Arévalo, los busca y ha tenido que hacerse cargo sola de otros cuatro menores de edad.

Eran las nueve de la noche cuando varios sujetos armados llegaron en tres vehículos hasta la casa de la familia Penilla Mares, en el céntrico barrio de Santa Teresita, en Guadalajara; algunos se quedaron vigilando en la calle mientras otros entraron a buscar en la casa, asustaron a las mujeres y los niños, voltearon las camas y se llevaron a Noé, a sus hermanos Brian (19 años) y Javier (20), y a su papá, Miguel Ángel (45).

“Estábamos todos ahí adentro, mi esposo estaba en la mera entrada arreglando la moto, mis dos hijos estaban en el cuarto y otro en un sillón. Llegaron y se metieron los encapuchados y los sacaron; yo estaba arriba en un cuarto con otra hija y sus tres niños, los encapuchados subieron y gritaron ‘¿dónde están los demás cabrones?’. Los niños estaban dormidos y los despertaron para voltear la cama y ver si no había nadie, no sé a quién más andaban buscando”, relata Verónica.

Cuando los sujetos armados salieron de su casa ella fue detrás y vio cómo subían a sus tres hijos y su esposo a un vehículo: “Estaba asustada y pienso que si me hubiera metido para que no se los llevaran me hubieran dado un balazo, por eso no me puse agresiva, porque eso iba a ser peor”.

Noé trabajaba como ayudante en una panadería; Brian y su padre ayudaban en una oficina; Javier tenía empleo en una maderería; el mismo día que desaparecieron Verónica levantó la denuncia y dio a las autoridades algunas pistas de lo que pudo ocurrir, pues piensa que los sujetos estaban buscando a su hijo Javier, quien había tenido problemas con un vecino.

Después de la desaparición, el resto de la familia de Noé tuvo que moverse por un tiempo y refugiarse con algunos parientes por miedo a que los sujetos armados volvieran para llevarse a alguien más; hasta ahora la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas asegura que ha realizado varias diligencias para dar con el paradero de los cuatro; sin embargo, nada ha ocurrido.

“Yo no me voy a quedar así, pero también tengo miedo de que me puedan hacer algo, tengo más hijos y no quiero que le vayan a hacer algo más a mi familia, entonces estoy como atorada”, dice la mujer.

Verónica espera que los cuatro regresen con vida, piensa que los pueden tener cautivos en algún sitio y cree que, como ha sucedido en otros casos, los podrían liberar. Sin embargo, acude constantemente al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses por si aparecen los cuerpos.

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