Torreón.— Adriana Valdez Montoya, una madre soltera de 32 años, se fue de esta ciudad a Jalisco en búsqueda de trabajo. Pero dos semanas después su madre María del Refugio Montoya Herrera perdió todo contacto con ella.
Adriana está desaparecida desde el 10 de agosto de 2020, y su madre se enfrenta a la difícil tarea de buscar a 735 kilómetros de distancia de donde fue vista por última vez. Entre Torreón y Guadalajara.
Hace tres meses el Comité Contra las Desapariciones Forzadas de la ONU emitió la acción urgente 1618/2023 donde exhortó al Estado mexicano a adoptar medidas de búsqueda, investigación, identificación de personas responsables y la participación de la familia por la desaparición de Adriana.
Un día antes de ser vista por última vez, Adriana se comunicó con su madre para avisarle que iba a sacar del banco un dinero que le iban a mandar. “La oí triste, le andaba doliendo su pierna. Nos despedimos, que iba a comer”, recuerda la madre.
Adriana tenía una prótesis en su pierna izquierda desde que una compañera de la Academia de Policía de Torreón la aventó y se fracturó el día de su graduación.
Madre soltera de cuatro hijos, Adriana deambuló en la búsqueda de empleo. No encontró nada.
Cuando su hija ya estaba en Jalisco, supo que las dos amigas que la habían invitado a trabajar ya le habían conseguido trabajo. Después se enteró que el trabajo era en uno de los “peores” lugares de Guadalajara: El Nuevo Galeón Night Club.
Tres días después de la desaparición la señora viajó a Guadalajara para interponer la denuncia donde el investigador le prometió regresar a su hija en tres días. “Desafortunadamente se entera que mi hija desapareció en ese bar, por la necesidad de no tener trabajo. Hasta la fecha no se ha hecho nada”, lamenta.
La madre refiere que no hay respuesta y existe mucha apatía entre las autoridades. Cuenta que se le dificulta viajar hasta Guadalajara porque tiene que cuidar de sus nietos, además de que no tiene los recursos para los viajes.
“Nadie me habla, ni para preguntarme cómo van las cosas ni nada”, lamenta la madre
En Coahuila, de donde es originaria su hija, le dijeron que no podían ayudarla en nada porque la desaparición ocurrió en otro estado. Al principio le dieron un apoyo económico para sus nietos, pero ya se detuvo.
En Jalisco también le prometieron muchas cosas: becas, apoyo sicológico, médico, despensas. Nada ocurrió. “Si no ayudan a los que están ahí, menos a los que estamos en otra ciudad. No sabe cómo me han cerrado las puertas y humillado”, dice
María del Refugio tiene 65 años y dice también que quedaron muchas deudas de su hija porque los créditos se sacaron a nombre suyo. Ha tenido que vender un refrigerador, celulares, muebles de la casa, no sólo para hacer la búsqueda, sino también para comer.
La señora se ha unido a colectivos y en una búsqueda acompañando a integrantes de la caravana de búsqueda, visitaron una prisión en Irapuato. Allí, un muchacho reconoció a su hija y a una muchacha que estaba arriba de la foto de Adriana.
“Nos dijo que las tenían trabajando en Las Isabeles, en una esquina, cerca de la central camionera”, relata la madre.
La madre quiso ir a ese lugar, pero le dijeron que era muy peligroso. Los investigadores no le contestaron más el teléfono y hasta la bloquearon.
En mayo pasado un Ministerio Público le dijo que estaban esperando una excavación en una propiedad, donde les habían dicho que había una fosa clandestina.
En su búsqueda también ha sido víctima de acoso y extorsiones, sobre todo en Facebook donde publicaba todo sobre la desaparición de su hija. “Me llegaban mensajes, que si no paraba me la mandarían en pedacitos. También me pedían dinero.
“No sé si vive o no. Hay cuatro hijos esperando, ya son más de tres años sin ella”, lamenta la madre.
Sus nietos tienen ahora 18 años, unos cuates 16 y el más chico tiene 14 años.