Guaymas.— El uso del cubrebocas pareciera un tema tan trivial como cotidiano. En las calles, transporte público, venta ambulante, comercios, instituciones bancarias, restaurantes, escuelas, oficinas de gobierno, entre otros, se observan personas que todavía lo portan.
“Dos años, sin el cubreboca me siento extraña”, revela la señora Isabel López, de 54 años, quien recargada en una pared espera una “ruta”, el transporte urbano que la llevará a su domicilio en la colonia Fuente de Piedra.
“No me acostumbro a quitármelo, no me hallo sin él, por eso lo sigo usando. A veces intento quitármelo y cuando menos pienso, no puedo y me lo vuelvo a poner”, añade.
Gildardo Cinco, de 65 años, vecino de la colonia San Vicente, en el sur del puerto de Guaymas, dice que él lo usa por la contaminación.
“Ya no es por el Covid-19, la pandemia quedó en la historia, ahora estamos buscando ser sanos porque hay mucha contaminación aquí en la ciudad, por eso lo uso, aunque digan que ya no lo deben de usar. Si no me cuido, nadie me va a cuidar”.
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