.— En la comunidad na’ savi (mixteca) de Itia Zuti, un grupo de 10 personas, entre hombres y mujeres, trabajan en la rehabilitación de su antigua unidad médica. Ya impermeabilizaron el techo, pintaron las paredes y ventanas de blanco. Ahora reparan la instalación eléctrica.

La unidad médica es un cuarto de unos ocho por 10 metros dividido en cinco pequeños consultorios y dos baños. Ahora es un desorden: hay cables expuestos, camas, instrumentos médicos, muebles tirados. Todo está dañado y pronto se irá a la basura. Estas reparaciones las hacen con dinero del programa federal . Recibieron 400 mil pesos y han gastado la mitad.

Esta unidad médica fue abandonada hace 15 años: la losa se dañó severamente, y en tiempo de lluvia, el agua se filtraba por todos lados. A unos metros les construyeron una nueva, que es la que utilizan. La antigua unidad médica la usan de bodega, y esa seguirá siendo su función mientras no llegue un médico.

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El Centro de Salud de Metlatónoc, con todo y sus carencias, atiende a 4 mil pobladores de la cabecera municipal, más los habitantes de otras 21 comunidades. Foto: Salvador Cisneros Silva | El Universal
El Centro de Salud de Metlatónoc, con todo y sus carencias, atiende a 4 mil pobladores de la cabecera municipal, más los habitantes de otras 21 comunidades. Foto: Salvador Cisneros Silva | El Universal

Itia Zuti no tiene un médico desde hace 10 años, aproximadamente.

Rutilio Valdez Melendez es integrante del Comité de vigilancia de la rehabilitación de la antigua unidad médica, y no recuerda cuántas veces han solicitado un médico, pero dice que ya fueron bastantes.

La unidad médica en operación la atienden dos enfermeras desde hace más de 10 años. Las dos hacen lo que pueden, o mejor dicho, hacen de todo: dan consultas, resuelven asuntos administrativos, van a Tlapa por medicamentos e insumos, limpian el lugar y dan pláticas.

En la parte médica, las dos enfermeras sólo pueden atender cosas simples: gripas, heridas, picaduras de alacrán, hipertensión y planificación familiar, suministran medicamento básico. No pueden hacer más. A todos los demás los tienen que enviar al Centro de Salud de Metlatónoc, pero si es un asunto de gravedad deben ir hasta Tlapa.

Si hay una emergencia, aquí es imposible atenderla.

Todo es insuficiente

El principal centro de atención médica con el que cuenta Metlatónoc, es el Centro de Salud de la cabecera municipal. Ahí atienden a los casi 4 mil pobladores del lugar, más los de otras 21 comunidades, así como también a los habitantes del municipio vecino, Cochoapa El Grande.

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, prometió en 2021 la construcción de un hospital de segundo nivel en Metlatónoc. El terreno está listo, pero no hay señales que la obra inicie pronto.

Lo que hay aquí es un Centro de Salud lleno de carencias. En agosto de 2023, los médicos y enfermeras se fueron a dar consulta al mercado porque se inundaron, los techos no resistieron y se desfondaron.

Convirtieron los puestos de pollos en salas de parto, los pasillos en salas de espera, las bodegas las adoptaron como consultorios.

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Pobladores de la comunidad Itia Zuti tienen que ser atendidos por dos enfermeras, quienes sólo ven padecimientos leves, como gripas, y además no cuentan con medicamentos suficientes. Foto: Salvador Cisneros Silva | El Universal
Pobladores de la comunidad Itia Zuti tienen que ser atendidos por dos enfermeras, quienes sólo ven padecimientos leves, como gripas, y además no cuentan con medicamentos suficientes. Foto: Salvador Cisneros Silva | El Universal

Trabajar en esas condiciones era imposible. Ni los pacientes ni el personal tenían privacidad.

La aventura terminó cuando les quitaron la luz eléctrica y vecinos de la colonia contigua se quejaron porque les estaban quitando el agua.

Apenas en abril regresaron a dar atención médica a sus instalaciones, luego de ocho meses.

El gobierno de Guerrero anunció una inversión de 3.5 millones de pesos para la rehabilitación del Centro de Salud, pero ha pasado un año y no pueden terminar. Las goteras ya están de nuevo. Les falta por reparar el drenaje, los baños y que corrijan las fallas eléctricas.

Este Centro de Salud comenzó a funcionar hace 15 años como un Hospital Básico Comunitario. Inició con pediatras, ginecólogos, anestesiólogos, químicos, odontólogos y sicólogos. Así duró seis años. Poco a poco se ha ido degradando.

Luego se convirtió en un Centro de Servicios Ampliados, y los especialistas comenzaron a irse. Ahora tiene la categoría de Centro de Salud, cuenta con sicólogo, un químico y un odontólogo, seis médicos generales, 12 enfermeras y ningún especialista.

Por su categoría, sus capacidades son muy limitadas; si hay un parto tienen que enviar a la mujer, por protocolo, a un hospital, el más cercano es el de Tlapa, a más de dos horas de distancia en auto.

Sin embargo, el personal termina atendiendo a las mujeres porque casi siempre llegan con un trabajo de parto muy avanzado.

Al mes, este Centro de Salud da unas mil consultas. La mayoría por problemas de deshidratación por diarrea y neumonías. El personal calcula que de cada 10 pacientes que reciben seis son niños y niñas.

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Tres horas para ver a un médico

Itia Zuti está a tres horas de Tlapa, en el fondo de enormes cerros. Ahí viven unas 475 personas. Salir de ahí no es cosa fácil. No hay transporte público. Para hallar una “pasajera” hay que caminar una subida empinada de casi tres kilómetros; a pie, lo que puede durar hasta una hora y media. La unidad médica no cuenta con refrigerador, mucho menos hay una ambulancia.

Si se logra tomar la “pasajera” para llegar a Tlapa, el recorrido dura tres horas, si el camino lo permite. En temporada de lluvia la carretera Metlatónoc-Tlapa es intransitable.

Ante la falta de una ambulancia, los pobladores de Itia Zuti deben buscar un vehículo particular para salir a atender la emergencia. El viaje de ida y vuelta puede costar hasta 5 mil pesos.

Vivir en estas condiciones tiene consecuencias

Hace siete años, recuerdan los pobladores, una mujer embarazada llegó con dolores de parto. El bebé estaba atravesado, las enfermeras la estabilizaron y le pidieron que con urgencia se fuera a Tlapa. La familia no tenía vehículo, así que tomaron la “pasajera”. Con dolores, la mujer viajó tres horas. Cuando llegaron al hospital de Tlapa, a la mujer le realizaron la cesárea pero el bebé ya había muerto.

En Itia Zuti imploran un médico, no importa si es especialista o no.

Rutilio explica que de acuerdo con lo que han platicado con las enfermeras, en Itia Zuti necesitan mínimamente un médico, un promotor de la salud y un administrativo. Para las dos enfermeras es imposible atender a 475 personas.

¿Por qué no llegan los médicos a Itia Zuti?

Rutilio y los demás integrantes del comité tienen sus hipótesis: no llegan porque Itia Zuti se encuentra lejos, no tiene internet, señal de celular, no hay transporte ni servicios básicos.

Este año, recuerda Rutilio, en la convocatoria que lanzó el gobierno federal, se abrieron tres plazas para atender la unidad médica de Itia Zuti. A pesar de ello, no llegó ningún médico a la comunidad, cuya población se encuentra sin atención.

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Enfermarse en la Montaña

Serafín y Virginia salieron a las 8 de la mañana de Itia Zuti a Metlatónoc, llevaron a su hija de tres años a consulta. A la niña no le paran de escurrir mocos de la nariz. Tenía gripa y tos de dos días y no podía dormir. La llevaron a consulta a una farmacia particular, porque en el Centro de Salud de Metlatónoc, dice Serafín, luego no los quieren atender porque en su comunidad tienen unidad médica.

En la farmacia no pagaron por la consulta, pero sí por los medicamentos. Por una caja de paracetamol, Ibuprofeno y por un spray nasal de agua de mar pagaron 500 pesos.

Atenderle la gripa y tos a su hija les costó casi mil pesos: 500 de los medicamentos, 255 del almuerzo y 200 de pasajes.

Serafín y Virginia no fueron a la unidad de salud de su pueblo porque, dicen, no cuentan con todos los medicamentos y querían que a su hija la viera un médico. No pueden esperar a que se complique la gripa y la tos. Ir a Tlapa les puede costar hasta 4 mil pesos.

Pero si la emergencia llegara, Serafín y Virginia prefieren ir a Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca, que a Tlapa, porque, aseguran, la atención es mejor allá.

La Montaña de Guerrero está integrada por 19 municipios y la habitan 406 mil 48 personas. En toda la región hay un solo hospital de segundo nivel, en Tlapa, y en siete municipios hay hospitales básicos comunitarios; en el resto, centros de salud y unidades médicas. En todos faltan médicos, medicamentos e insumos. De acuerdo con informes del gobierno federal, 93.67% de la población de la Montaña no cuenta con seguridad social.

La mayoría de los municipios de la Montaña están en condiciones de pobreza, pero Metlatónoc, junto a Cochoapa El Grande, son los más pobres entre los pobres.

Según el último informe del Coneval, en Metlatónoc de sus 19 mil 503 habitantes, 67.8% viven en pobreza extrema, es decir, siete de cada 10 no cuentan con recursos para necesidades mínimas, como comer tres veces al día.

El presidente López Obrador aseguró el domingo, en su Informe de Gobierno, que en México existe el mejor sistema de salud del mundo.

En Metlatónoc hay decenas de casos como el de Itia Zuti, sin médicos, medicamentos o insumos.

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