Ya se siente la Navidad y a quien le salió todo el espíritu festivo, nos platican, fue al diputado local de Baja California, Ramón Vázquez Valadez (Morena), pues puso en práctica no sólo el “dar y compartir”, sino también aquella frase que reza “si no me echo porras yo, ¿entonces quién?”. Esto, nos explican, debido a que este fin de semana decidió regalar piñatas en las comunidades de su Distrito 12, y aunque las mismas se entregaron so pretexto de las posadas que vienen —ignorando todas las necesidades básicas de la población no cubiertas—, llamó la atención que don Ramón mandó a elaborarlas con su figura... pero vestido de superhéroe y hasta presumió su acción con fotos de la entrega de las mismas, a las que acudió una botarga del “superdiputado”, también diseñada con su rostro. ¡Vaya prioridades y vanidades de la clase política!
La justicia que quieren olvidar
Todo parece indicar, nos aseguran, que en el caso de la joven Ariadna Fernanda, el Congreso de Morelos se ajustó al lema político que dicta: “si quieres solucionar un problema, nombra a un responsable; si quieres que el problema perdure, nombra una comisión”, pues hace más de 15 días los diputados prometieron que la comisión especial, formada para esclarecer la muerte de la joven, rendiría un informe sobre los avances... pero nada ha sucedido. En este contexto, nos comparten que la actitud de los diputados tuvo el objetivo de sacudir la presión que se cierne sobre un amigo de varios legisladores, el fiscal Uriel Carmona Gándara, por una autopsia practicada al cuerpo de la joven, cuyo resultado fue muerte por congestión alcohólica, que ya fue puesta en duda por todos lados. Al final, nos dicen, tal parece que la estrategia morelense funcionó y al final, como siempre, la justicia se quedó a medias. ¡Lástima de clase política!
Una visita entre desplantes
Nos cuentan que quien fue a alborotar el gallinero en Ciudad Juárez, Chihuahua, fue el diputado federal Gerardo Fernández Noroña (PT), quien protagonizó una “asamblea informativa” que realizó en el Centro Histórico de esa frontera. Lo que llamó la atención, nos detallan, es que la asamblea se convirtió en un acto de proselitismo que tenía como fin atraer personas que quisieran afiliarse al PT; sin embargo, aun y con gorras y banderas en colores rojo y amarillo de regalo, no se logró mucha convocatoria. Al final, nos dicen, pese al desplante ciudadano, pero arropado por algunos morenistas, don Gerardo dio un discurso en el que señaló que el pueblo es quien decidirá el destino de México, donde hay problemas como el racismo y clasismo que se deben combatir. Se nota que ya vienen las elecciones.