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Villahermosa.— Ana María, quien fue atacada con un cuchillo en 11 ocasiones por su expareja dentro de un Centro de Justicia de Tabasco mientras esperaba una audiencia por violencia familiar, perdió un riñón debido a las lesiones.
La titular de la Secretaría de Salud, Silvia Roldán, explicó que no hubo otra alternativa: “Se lo tuvieron que quitar porque estaba lesionado; la paciente está bien, ya se encuentra en piso, está mucho mejor. Es fuerte, ha respondido muy bien al tratamiento y todavía tiene traqueotomía”.
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Mientras Ana María lucha por su vida en la cama de un hospital. Sus dos pequeñas hijas, de cinco y 10 años, viven con su abuela, quien se ha hecho cargo de su cuidado.
En tanto su exesposo, José Roberto “N”, está recluido en el Centro de Reinserción Social del Estado de Tabasco (Creset) esperando una condena —que podría alcanzar 26 años de prisión—, por feminicidio en grado de tentativa.
El pasado 26 de septiembre, alrededor de las 10 de la mañana, Ana María “N” estaba en la sala de espera del juzgado, cuando su expareja burló la seguridad, se acercó a ella, entablaron un breve diálogo y minutos después sacó un cuchillo que llevaba escondido dentro de una carpeta. Le propinó 11 puñaladas que le dañaron un riñón, intestino, páncreas e hígado, lesiones que 28 días después la tienen en estado grave.
Los policías que estaban en el lugar no pudieron evitar el ataque, pero impidieron que el agresor escapara. En ese mismo Centro de Justicia de Oralidad había médicos de una brigada de salud, quienes le brindaron los primeros auxilios mientras llegaban los paramédicos de la Cruz Roja para trasladarla al hospital Gustavo A. Rovirosa Pérez.
Violencia contra las mujeres. De acuerdo con cifras oficiales, en lo que va del año en Tabasco se han registrado 27 víctimas de feminicidio y 37 homicidios dolosos de mujeres. En total suman 64 casos.
Este año, según la Fiscalía General del Estado (FGE), han sido sentenciadas dos personas por intento de feminicidio: José Alonso “N” recibió en julio pasado una sentencia de 20 años, y Braulio “N” fue condenado en agosto a 17 años siete meses de prisión.
Las estadísticas estatales reflejan que la violencia familiar va en aumento, puesto que en 2016 se iniciaron mil 179 carpetas por violencia familiar; sin embargo, sólo 407 se judicializaron.
Para 2017 el número de casos creció a 2 mil 993 y se llevaron a la siguiente instancia mil 146. En 2018 se trató de 2 mil 846 denuncias presentadas, de las cuales mil 301 se judicializaron y en lo que va de este año se han abierto 2 mil 185 carpetas, de las cuales sólo 945 están en un proceso judicial.