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estados@eluniversal.com.mx
Puerto Escondido.— En México existen empresas dedicadas a la práctica de deportes extremos están reguladas por organismos oficiales del gobierno, operan dentro de la legalidad, pero obligan a los clientes a firmar contratos en donde aceptan que lo que realizan les podría causar un accidente e incluso la muerte.
El paracaidismo se ejerce en varios puntos del país, Puerto Escondido es uno de estos destinos. Aquí la práctica la controla la empresa Centro Deportivo de Paracaidismo Cuautla A.C., que opera desde hace 20 años en la localidad, tiempo en el que supuestamente no se habían presentado accidentes graves, hasta este 2018.
Quien decide volar lo hace bajo su propio riesgo, deslindando a la empresa de los accidentes, acepta no demandar legalmente, aun cuando haya negligencia y hasta defender de acciones de terceras personas.
El accidente. Úrsula Hernández era una paracaidista de 43 años con 200 saltos en su historial, esposa de uno de los dueños de la empresa. Él, un ruso visitante, con poco menos experiencia que Úrsula. Chocaron en pleno aterrizaje a 10 metros de altura en la playa de Zicatela el 17 de marzo, venían en sentido contrario.
El ruso terminó con lesiones leves, ella murió en un hospital particular por las graves fracturas. La empresa lo responsabilizó a él y lo acusó de “transgredir” las reglas de operación para aproximaciones en aterrizaje. Antonio Montaño, dueño y cuñado de Úrsula, declaró en una reunión con las autoridades locales que el ruso la chocó. El hombre no fue detenido y no se sabe de su paradero, según la Vicefiscalía de Justicia del Estado.
El accidente fue grabado, material que el Ministerio Público analiza como parte de sus pruebas, porque es considerado como homicidio. Alejandro Peña Díaz, vicefiscal de Puerto Escondido, informó que aún no se tiene un resultado de lo que sucedió y están en el proceso de investigación.
Clausura temporal. Después del fatal accidente, la compañía siguió operando, ni la muerte de la esposa del socio detuvo el negocio, al menos es lo que reportó el alcalde de Santa María Colotepec, Valentín García Hernández, por lo que el 19 de marzo el cabildo en sesión extraordinaria suspendió temporalmente la licencia de funcionamiento número 0878 que se le había otorgado a la empresa.
“Al otro día del accidente ellos ya estaban volando y nos pareció muy grave, así que los suspendimos y solicitamos a la Dirección de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT) que realizara las investigaciones y verificara si la empresa cumplía con todos los requisitos que establece el reglamento de Ley de Aviación”, explicó el alcalde en entrevista.
El 21 de marzo, en el oficio 4.1.2.0.6.7 -033/18, el comandante del Aeropuerto Internacional de Puerto Escondido, Gilberto Sánchez, respondió que el Centro Deportivo de Paracaidismo Cuautla A.C. Skydive “tiene los permisos vigentes de acuerdo a la normativa aeronáutica y sus reglamentos”, por lo que pueden seguir volando.
Caso previo. Saúl Santaella es un chico de 26 años , este joven de Puerto Escondido muestra un par de radiografías donde se aprecian el titanio y los seis tornillos en su columna vertebral, en el fémur una placa y dos clavos, en la tibia y en el peroné. Asegura que lleva tres operaciones y más de 500 mil pesos en gastos médicos.
Todo a consecuencia de que el 10 de enero se estrelló sobre el techo de un hotel en Playa Zicatela mientras era dirigido por radio por su instructor de vuelo, Eduardo Correa, personal de la empresa Centro Deportivo de Paracaidismo Cuautla A.C. Skydive.
Era su sexto vuelo de un total de siete, según lo planeado cuando contrató el servicio por 23 mil pesos, los primeros cinco tuvo un buen aterrizaje, pero no el sexto, pues hoy lo tiene en rehabilitación en la ciudad de Oaxaca.
Antes de saltar, Saúl firmó un documento que liberaba de responsabilidad a la empresa y que no podía demandarlos aunque se accidentara. Asegura que nunca le ofrecieron un seguro de vida, así que la empresa no le otorgó un solo peso para su atención y recuperación, porque lo que ahora exige que se le indemnice.
El 22 de marzo, en una reunión entre Antonio Montaño, la autoridad municipal de Colotepec y los prestadores de servicio, el dueño de la empresa aseguró que siempre se ofrece el seguro de vida a los clientes, con un costo de 2 mil pesos, pero siempre lo rechazan. Dijo que en su momento le ofreció apoyo a Saúl pero que él se negó.