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Sólo 40 minutos y la falta de dos medicamentos de muy bajo precio, costaron la vida de una niña de 4 años de edad, quien murió hace dos semanas en el Hospital Integral Regional del municipio de Coahuayana, Michoacán, reportaron personal médico, clínico, enfermeras y familiares de la víctima.
Se buscó por dos días al director del hospital, Esteban Galván Cabrera y a las autoridades de la Secretaría de Salud de Michoacán para que fijaran una postura oficial sobre el caso pero no respondieron la solicitud de entrevista.
El caso fue dado a conocer por Guadalupe Pichardo Escobedo, líder del Sindicato de Trabajadores Descentralizados de Salud Lázaro Cárdenas, a la que se dirigieron sus agremiados para denunciar.
La versión de los empleados coincide con una nota médica que expidió el hospital y con el padre de la menor, de quienes se reservará su identidad.
El calvario para esta familia inició el pasado 20 de febrero cuando la pequeña alumna de preescolar sufrió un accidente carretero en motocicleta mientras viajaba con un ser familiar adulto, explicó.
El padre contó que su hija llegó al hospital “poco golpeada y también con el cuellito lo tenía quebrado”, lo cual corresponde al documento al que tuvo acceso EL UNIVERSAL.
El también trabajador de una ferretería, afirmó que si bien la atención médica fue muy buena e inmediata, ya que uno de los doctores es su amigo, el médico no pudo hacer más por su hija, debido a la falta de medicamentos en el hospital, para suministrárselos.
“Tengo entendido que no es tan caro (el medicamento) como para no tenerlo en el hospital y es algo que ellos tienen que tener porque cualquier accidentado la puede ocupar y un accidente está al orden del día. Es un hospital”, agregó.
Esos medicamentos son Adrenalina y Amiodarona que su precio comercial en una farmacia cuestan 35 y 50 pesos respectivamente, como se pudo corroborar en una farmacia de otra ciudad.
“Desgraciadamente no tenían el medicamento para ayudarle más a mi hija. Nos lo pidieron a nosotros, que fuéramos a comprarlo, pero aquí no lo hay; no lo pude conseguir”, precisó.
El papá de la niña, detalló que su hija no duró más de 40 minutos hospitalizada cuando perdió la vida y la falta de medicamentos no fue el único problema que tuvo que enfrentar, pues l e negaron durante seis días el acta de defunción de la menor.
“Según la estaba haciendo uno tenía que hacerla y se echaban la bolita unos a otros, hasta que lo hice un por escrito y entonces sí me la hicieron” , acusó.
El joven padre de familia, recordó que su hija era niña muy alegre y muy risueña que le gustaba de todo, pero principalmente dar cariño y amor a su familia.
“Me miraba triste y ella me decía: no papi o no mami, no estés triste y hacía cosa acá para sacarte un sonrisa a niña. Ese es el recuerdo con que me quiero quedar.; con su sonrisa, con sus chinos; estaba muy hermosa mi niña”, enfatizó.
Aclaró que no interpondrán una denuncia por posible negligencia del hospital debido a la falta de esos medicamentos que, a decir del personal sindicalizado, son parte del catálogo básico para cualquier clínica de salud.
“Los doctores que atendieron a mi niña, hicieron lo posible por salvarla pero no tenían medicamento. Si no hay medicamento, por más que quisieran echarme la mano pues no iban a poder de todos modos”, reiteró el papá de la menor.
Guadalupe Pichardo, la dirigente del Sindicato de Salud Lázaro Cárdenas, expuso que la aplicación de esos dos medicamentos, indicados por el residente, “eran vitales para la nena y lamentablemente no los tenían. Es increíble que estas prácticas sigan sucediendo”.
En cuanto al acta de defunción solicitada por los familiares, Pichardo Escobedo explicó que la justificación del director del hospital para no expedirla era que no había papelería oficial para emitirla, pero con el afán de deslindarse de la posible negligencia.
“¿Cómo es posible que sepulten un cuerpo sin el acta de defunción?... ¿Cómo es posible que la propia Secretaría (de Salud estatal) haga esto, y todo por el miedo del director porque no estaba el medicamento (que la niña requería)”, ventiló.
Personal adscrito a esta ala sindical, mostró fotografías en las que se ven vacíos los cajones de suministros de medicamento, lo cual, aseguraron, han informado en múltiples ocasiones a las autoridades de Salud.
Desde el pasado 8 de diciembre del año 2017, este medio de comunicación dio a conocer las malas condiciones del hospital y la falta de especialistas y medicamentos, incluso para atender un parto.
En la publicación se reveló que como resultado de las deficiencias hospitalarias, un aproximado de 9.6 de cada 10 niños de padres michoacanos originarios del municipio de Coahuayana, nacen en el estado de Colima.