Desde Chihuahua, nos dicen, se preguntan dónde está el Instituto Nacional Electoral ahora que la fiebre por ganar un puesto de elección ha desbordado la entidad con actos (y gastos) anticipados de campaña, sobre todo de algunos personajes como el exsuperdelegado Juan Carlos Loera de la Rosa. Resulta, nos detallan, que apenas dejó el encargo como delegado y volvió como diputado federal don Juan anda lo que le sigue de encampañado, con decenas de espectaculares, panfletos repartidos casa por casa por los mismos servidores de la nación y hasta la presentación de un libro, que aseguran sus cercanos más bien se sacó de la manga. Por cierto, nos indican, es tanta su promoción que incluso entre los morenistas locales ya piden ponerle un freno, si no, será quien encabece la desbandada de violaciones a la ley electoral.
Desde Veracruz, nos revelan que el PRI anda muy movido reestructurandose con miras a las elecciones del próximo año, cuando se renovarán las alcaldías y diputaciones locales, al grado de que el dirigente estatal priista, Marlon Ramírez, anda de pueblo en pueblo tratando de recomponer a un partido maltrecho por gobiernos tricolores. Sin embargo, nos aseguran sus cercanos, su estrategia pende de un hilo, ya que varios liderazgos de ese partido están jugando a favor de la 4T, por lo que los priistas de cepa piden que antes de trabajo de calle, se haga limpieza de fondo, pues no hay hierba buena que no se pudra junto a la mala.
Nos cuentan que en Baja California Sur el nerviosismo prevalece, luego de que el Tribunal Estatal Electoral restituyera los derechos políticos de la alcaldesa cabeña, Armida Castro, acusada de nepotismo y sancionada por Morena, su partido. El tema, nos dicen, es que doña Armida coquetea la candidatura a la gubernatura y, aunque varios morenistas la daban fuera, ahora parece estar de vuelta y más por el fallo del INE sobre paridad en los estados. Con todo, aunque el TEE no absolvió a doña Armida, acusada de nepotismo, sino que encontró fallas y ordenó la restitución del procedimiento, fue suficiente para que ella festejara. El problema, nos dicen, es que entre festejos y nerviosismos nadie ha aclarado el fondo: por qué, a unos meses después de asumir el cargo, apareció inscrito en nómina uno de sus hijos. ¡Zaz!
Nos dicen que en Jalisco, el raspón del presidente Andrés Manuel López Obrador a Raúl Padilla, el líder del grupo político que gobierna la Universidad de Guadalajara desde hace tres décadas, fue tomado como una anécdota más en la larga lista de señalamientos contra don Raúl. Sin embargo, hay quienes creen que si el Presidente pone realmente en la mira a este personaje —ahora acusado de armar ferias del libro contra AMLO—, pueden destaparse historias no muy claras en el historial del llamado Grupo UdeG, que además apostó abiertamente por Ricardo Anaya en la pasada elección. Así que, de concretarse el pleito, es de pronóstico reservado.