Tijuana.— Morena se perfila para mantener la gubernatura de Baja California en las elecciones de 2021; sin embargo, su principal enemigo es el mismo partido y los conflictos internos que puedan minar su capital político, advierten expertos en la materia.
Benedicto Ruiz Vargas, analista político, vaticina que, al igual que en las elecciones de 2018, cuando le arrebató la gubernatura al PAN, Morena se ubica como el favorito entre el electorado de Baja Califonia, y no precisamente por los personajes que hoy ocupan los cargos en el poder local, sino porque aún cuenta con el arrastre del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Fue en junio de 2018 cuando el actual gobernador, Jaime Bonilla Valdez, ganó las elecciones a su principal contendiente, el panista Óscar Vega Marín.
Morena no sólo obtuvo la gubernatura, sino que arrasó en los cinco municipios del estado. Esos resultados le significaron al partido la mayoría en los tres poderes de gobierno.
Ruiz Vargas considera que la gestión de Morena en la entidad ha sido un periodo de tropiezos, donde se resuelven los problemas del día, pero no los de fondo, principalmene en seguridad, economía y salud.
“El grueso de los votantes no vota por Bonilla ni por el partido, vota por López Obrador… Por eso la tendencia se conserva, es un escenario donde no hay una oposición muy fuerte”, asegura.
Con la llegada de Morena, partidos que antes habían tenido no sólo presencia, sino liderazgo, como el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el de la Revolución Democrática (PRD), prácticamente quedaron desterrados, mientras que Acción Nacional no cuenta con candidatos que pudieran arrebatar el poder en las siguientes elecciones.
“La principal debilidad de Morena es ser un partido que no ha podido consolidarse y que aún depende de la corriente obradorista. Esta será una elección tormentosa porque, incluso antes de empezar, ya observamos los conflictos internos por ver quiénes serán los candidatos… y en realidad ese talón de Aquiles es una oportunidad para otros”, indicó.
El investigador y politólogo del Colegio de la Frontera Norte, Víctor Espinoza Valle, coincide en que, a pesar de la victoria que se advierte hacia 2021, la ruptura interna de Morena podría significar que su permanencia en la gubernatura sea solamente pasajera.
Durante los últimos meses, la elección de la dirigencia estatal del partido ha sido conflictiva, lo que se ha reflejado con los posibles candidatos, unos contando con el respaldo del gobernador Bonilla, como la alcaldesa de Mexicali, Marina del Pilar; el secretario de Economía Sustentable y Turismo, Mario Escobedo Carignan, y el presidente municipal de Ensenada, Armando Ayala.
Por otra parte está el edil tijuanense, Arturo González Cruz, quien en los últimos meses ha enfrentado una batalla campal contra Bonilla, a quien acusa de querer violar sus derechos políticos al no aceptar sus intenciones de contender por la silla de gobernador, abanderado por Morena.
Espinoza Valle considera que el resto de los partidos, ni siquiera en la figura de los candidatos independientes, tiene posibilidad de ganar: “Hasta este momento no se ve en la oposición un candidato líder que pudiera aglutinar a una sola oposición”.