El dirigente del Morena en Quintana Roo , Humberto Aldana, se pronunció sobre la probable candidatura de Roberto Palazuelos , a la gubernatura y advirtió que “ un asesino confeso ”, no debe gobernar el estado.
De gira por Chetumal, capital del estado, Aldana Navarro consideró lamentable “la frivolidad que vemos, hasta dónde ha caído el nivel de la política” y afirmó que debe impedirse que el patrimonio de la población de la entidad “se convierta nuevamente en tesoro de piratas que sólo miran por sus intereses, viven de apariencias y nada aportan a la solución de los problemas urgentes como el combate a la pobreza”.
El político expuso que la situación económica que padece la entidad, así como sus “lacerantes contrastes”, exigen que la política se tome en serio, con gobernantes que trabajen para beneficio de la población y no para el propio interés.
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Mencionó que, luego de la experiencia con gobernadores de Movimiento Ciudadano en Jalisco y Nuevo León –Enrique Alfaro Ramírez y Javier García Sepúlveda– la pre candidatura de Roberto Palazuelos Badeaux es “motivo de polémica política y social, al banalizar un tema tan trascendente como es el de la inseguridad”.
Agregó que las declaraciones del propio actor han cimbrado a legisladores del MC en Sán Lázaro, como a la prensa y a la opinión pública, cuestionando “los alcances de las declaraciones del junior-empresario por intimidatorias, amenazando a sus detractores, así como participar en balaceras portando armas de uso exclusivo del Ejército”.
Por separado, Palazuelos Badeaux se ha justificado con que disparó al aire, en defensa propia o negando que haya matado a alguien, como él confesó un año atrás durante una entrevista concedida al comunicador, Yordi Rosado .
“¡Matamos a dos cabrones!”, dijo entonces, cuando relataba que iba armado –con un permiso expedido por la Sedena– acompañado de un teniente del Ejército, armado también, y de un “colombiano mafiosón”, amigo suyo, quien portaba un pistola sin permiso.
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También ha pretendido disculparse públicamente por haber amenazado con “ajustar cuentas” con sus críticos.
Y ha calificado sus excesos –que incluyen consumo de drogas, alcohol, mujeres y goce de recursos públicos y de elementos del Estado Mayor Presidencial a su servicio, en fiestas a las que fue invitado en residencias oficiales, administradas por el Fonatur– como parte de una etapa de juventud que, asegura, quedó atrás.
El también abogado atribuye las reacciones ante sus propias confesiones, a una “campaña sucia” proveniente de sus detractores, pues dice que su aceptación “va subiendo como la espuma”.
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