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Ayutla.— En los pueblos que conforman el Distrito Mixe de la Sierra Norte de Oaxaca, el fútbol es arma de resistencia, motivación para minorías que luchan y refugio para niños y jóvenes desde hace 30 años. Ahora también será vehículo para alcanzar la equidad de género.
A finales de la década de los 80 rodaron los primeros balones por la verde serranía mixe.
“En ese tiempo era fútbol de barrio, estaban muy de moda las bandas, el rock y las drogas.
“Los jóvenes elegían pertenecer a una banda para obtener identidad y aceptación, y no es que culpe al rock, porque algunos decidieron combinarlo con el deporte”, cuenta Arturo, quien optó por el fútbol y desde entonces ha luchado por un espacio digno donde las nuevas generaciones puedan practicarlo.
Fue así como Ayutla se hizo de un campo deportivo con pasto sintético, resultado del trabajo de jóvenes y adultos, así como del apoyo de diferentes asociaciones de la sociedad civil.
Así nació el primer torneo de fútbol, gracias a la inquietud de Ayutla por compartir ese nuevo espacio con sus comunidades hermanas de la región mixe.
“Los aficionados al fútbol decidimos organizar un torneo que quisimos compartir con todos nuestros hermanos mixes y nuestra gente respondió”, señala Arturo, quien agrega que 35 equipos de diferentes comunidades atendieron la convocatoria.
Ahora dan un paso más: este año es la primera vez que las mujeres son incluidas en un torneo de esta naturaleza, pues además de luchar por un lugar para practicar fútbol, en Ayutla también se ha impulsado que mujeres y hombres tengan los mismos derechos.
“La rama femenil fue un nuevo detalle porque nosotros no habíamos visionado hacer tres categorías. Estábamos muy acostumbrados a que el fútbol era una cuestión varonil, pero en este torneo las mujeres van a tener un papel muy importante porque estamos integrando la equidad de género, ya que en nuestro sistema de usos y costumbres es urgente incluir a las mujeres en el deporte”, comenta.
Para Arturo no hay duda: el fútbol mixe es lucha y resistencia.
“El fútbol mixe significa lucha, resistencia y apoyo mutuo entre todas las comunidades indígenas”, concluye el joven.
