Tuxtla Guitérrez, Chiapas.- La reciente detención de 367 migrantes en el municipio de Pijijiapan, replegó a los centroamericanos de los sitios públicos de Tapachula y los obligó a buscar refugio en puntos estratégicos para evitar la aprehensión de la Policía Federal y del Instituto Nacional de Migración (INM).
Los cubanos, que acostumbraban alojarse en hoteles y posadas de Tapachula, por cuyas habitaciones pagaban entre 240 y 400 pesos, también se ocultaron posterior al aseguramiento de un grupo de 87 caribeños que se hospedaban en el centro de Tapachula.
Los migrantes que pudieron escapar del operativo policíaco entre el monte, buscaron refugio en el templo de San Francisco de Asís , en el municipio de Tonalá, uno de los espacios que consideran seguros en esa demarcación de la costa chiapaneca.
Después de la disolución de la caravana con el despliegue de policías federales y agentes de Migración, algunos grupos aislados de extranjeros caminan por rutas de extravío . Lo hacen con miedo y temor. Otros consiguieron ingresar a Arriaga para abordar La Bestia, el tren de carga, que los movilice al centro del país, en la búsqueda del norte en su afán de cruzar a territorio estadounidense.
En las cercanías de la estación migratoria Siglo XXI, merodean africanos y cubanos. Se acercan con recelo a preguntar a las autoridades migratorias sobre la posibilidad de realizar el trámite para obtener el llamado oficio de salida, que les permita avanzar libremente por México , hacia el “sueño americano”.
Laisel Gómez llegó de Cuba con su esposa Analeidis Sosa, quien se halla internada en la estación del INM. Aguarda que la autoridad defina su situación migratoria.
Afuera, el antillano dice que por celular su cónyuge le relató y envío imágenes del sobrecupo, del ambiente insalubre, con sanitarios sucios en Siglo XXI, donde las mujeres son hacinadas en un pasillo para dormir .
El INM ofreció a la mayoría de migrantes asegurados el lunes en Pijijiapan la oportunidad de regularizar su estancia en México.
Por ahora, se aguarda a que el Legislativo federal apruebe la expedición de tarjetas de visitante trabajador fronterizo, vigente actualmente para migrantes de Belice y Guatemala, las cuales podrían extenderse a ciudadanos hondureños y de El Salvador.