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Zacatecas.— El peregrinar de los 3 mil migrantes centroamericanos que viajan arriba del tren por el territorio zacatecano no ha terminado. Ayer por la tarde nuevamente volvieron a quedar varados, ahora en Estación Camacho, en el municipio de Mazapil, ubicado en el pleno semidesierto de esta entidad.
Este numeroso grupo lleva 10 días varado en diversos puntos de Zacatecas: primero fue en un tramo de los municipios de Enrique Estrada y Calera, después en la estación de Cañitas de Felipe Pescador; de ahí avanzaron a la estación Opal, donde quedaron incomunicados por un día.
Ayer, cerca del mediodía, nuevamente lograron avanzar en otro tren, pero sólo hasta Mazapil, en los límites con Coahuila, donde quedaron a la espera de que llegara una locomotora para seguir su camino, o lograr parar un nuevo tren al que se puedan subir y llegar a Torreón.
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Luis Carlos, uno de los migrantes de origen venezolano, comenta que ha sido muy cansada esta travesía y que cada vez se les ha complicado más avanzar, ya que a los integrantes de este convoy tan numeroso van tres veces que los “dejan abandonados durante varios días en un sitio en medio de la nada, luego nos avanzan otro poquito en otro tren, y así nos llevan, pero aquí hay muchas mujeres y niños”.
Cuenta que en Mazapil, al arrancar el tren, dos mujeres no alcanzaron a subirse, pero sus hijos ya estaban arriba. Las mujeres irían caminando a alcanzarlos.
Otra migrante menciona que, después de que salieron de Cañitas, donde estuvieron varados todo el fin de semana, sólo avanzaron cerca de dos horas y pararon en el pueblo de Opal, donde vieron que la locomotora fue despegada y se la llevaron bajo la promesa de que regresaría en una hora, pero jamás volvió, por lo que pasaron la noche en medio del semidesierto.
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Dice que no se sabía nada de ellos porque quedaron totalmente incomunicados, ya que en Opal no había señal ni nada, por lo que tuvieron que caminar al pueblito más cercano para comprar comida, pero por ser un grupo muy numeroso las tienditas se quedaron vacías.
Cuenta que una persona les facilitó el acceso a internet a algunos, porque temían que sus familiares se preocuparan al no saber nada de ellos por muchas horas.
Finalmente, la tarde de ayer pasó otro tren al que lograron subirse para avanzar, pero sólo llegaron a Estación Camacho.
Luis Carlos señala que los maquinistas les dijeron que era posible que debieran pasar la noche en el lugar, y quizá hasta un día más.