San Sebastián Tutla.— La enorme lona que hace dos semanas se colocó en el centro de un predio vacío, donde se instaló un Centro de Movilidad Migrante en este municipio conurbado a la ciudad de Oaxaca, ya es insuficiente para cubrir a los miles de extranjeros que buscan resguardarse del sol, por lo que se han comenzado a improvisar pequeñas carpas con las que se busca garantizar algo de sombra.

A diferencia del primer día, cuando los migrantes apenas comenzaban a llegar a este espacio, ahora el predio luce repleto.

La alta demanda de agua es un reto para el centro de movilidad migrante; al día se compran entre 30 y 40 garrafones que resultan insuficientes. Foto: Edwin Hernández / El Universal
La alta demanda de agua es un reto para el centro de movilidad migrante; al día se compran entre 30 y 40 garrafones que resultan insuficientes. Foto: Edwin Hernández / El Universal

Los extranjeros saben que no hay forma de quedarse por más tiempo y que sólo cuentan con un máximo de seis horas para descansar y continuar su viaje hacia Estados Unidos. Esa es específicamente la función de este centro, agilizar su tránsito y lograr que permanezcan el menor tiempo posible en territorio oaxaqueño, pero no siempre se logra y poco a poco se ve superado.

Según cifras de la Secretaría de Gobierno (Sego), diariamente llegan a este espacio entre mil 500 y 2 mil 200 personas procedentes de Juchitán de Zaragoza, donde los gobiernos federal y estatal instalaron un espacio similar. La cifra récord alcanzada en un día es de 2 mil 500 personas, la mayoría venezolanas.

Desde el 25 de septiembre, cuando este centro fue inaugurado, las cosas han cambiado. Ahora, afuera y en el interior hay puestos que venden comida, y funcionarios del Instituto Nacional de Migración (INM) registran a personas que llegan.

Hay también funcionarios de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) del gobierno federal para verificar que los autobuses cuenten con los permisos para ofrecer el servicio de transporte de pasajeros.

Por ahora, sólo las líneas ADO, Fypsa y una de autobuses turísticos pueden vender boletos: 556 pesos por persona en el ADO y 500 pesos en las otras dos.

Alimentos y agua potable, el reto

En el centro de movilidad los migrantes tienen acceso a baños públicos y atención médica; también hay especialistas en sicología y personal del Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante (IOAM), pero agua y comida son insuficientes.

Édgar Gandarillas, director de Gestión de la Secretaría de Gobierno estatal, reconoce que en principio no se consideró brindar alimentos por la naturaleza del lugar.

“Esto no es un albergue, es un centro de movilidad. No se había considerado la necesidad de darles de comer, pero se está trabajando con gente de la sociedad civil, pobladores y asociaciones religiosas, que son las que les han traído alimentos”, explica.

Precisa que la comida que se les ofrece a algunos, porque no hay forma de que alcance para todos, proviene de agrupaciones religiosas y de municipios como Tlalixtac de Cabrera, Santa María El Tule y de Huayápam. La prioridad son las mujeres y los niños, así que los hombres alcanzan muy poco.

Sobre el agua potable, el funcionario reconoce que al día se compran entre 30 y 40 garrafones de 19 litros de agua potable; sin embargo, ya resultan insuficientes.

“La preocupación es el agua potable. Se están proporcionando alrededor de 40 garrafones diarios, pero son insuficientes para el número de personas que están transitando todos los días”.

Unos pocos se quedan

De acuerdo con testimonios recabados por EL UNIVERSAL, los migrantes coinciden en que pese a que hay un tiempo máximo de estancia, no se les exige que abandonen el centro y pueden descansar hasta que decidan continuar con su camino. Reconocen que su intención no es quedarse, sino apresurar su llegada a Estados Unidos.

Sin embargo, algunos se ven obligados a quedarse unos días más porque no tienen dinero para comprar sus boletos de autobús.

Ante esta situación, las autoridades locales ya contrataron al menos 15 migrantes para limpiar las calles a cambio de un pago de entre 100 y 200 pesos diarios.

Esta medida también se tomó porque no hay manos que alcancen. Incluso, el gobierno estatal ha llamado a funcionarios para que acudan a brindar apoyo.

Vecinos ya han expresado su molestia por este centro y algunos pocos, incluso, han incurrido en actos xenófobos y discriminatorios, señala Édgar Gandarillas. “Además, todos los días le pedimos a la gente que no tire basura”.

El funcionario reitera que el centro tiene el objetivo de dar a los migrantes la certeza de que su paso por Oaxaca será seguro, una garantía necesaria, sobre todo si se toma en cuenta que al menos 50 de ellos han muerto en su paso por la entidad en lo que va del año. Tan sólo la semana pasada fueron 16.

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