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Santiago Niltepec.— Cuerpos pequeños y grandes tapizan el piso de un domo de lámina y el corredor de un Palacio Municipal fracturado por más de mil sismos.
Diputados, defensores de derechos humanos, funcionarios federales, estatales y municipales se abren paso entre ellos, algunos los escuchan y otros sólo duermen. Descansan sus pies, después de caminar 53 kilómetros desde San Pedro Tapanatepec hasta Santiago Niltepec, en la zona oriente del Istmo de Tehuantepec.
La mayoría de los comercios del pueblo no abrieron, ni siquiera los negocios que se localizan a orillas de la carretera Panamericana. La llegada de miles de centroamericanos los asustó, aunque fueron pocos los que sí vendieron, lo hicieron con las rejas bajadas, otros ofrecieron comida a 20 pesos, algunos lo dieron gratis.
En la calle principal, se formaron varias pilas de agua donados por ciudadanos para los migrantes dispersos y abastecer a los que están descansando en la iglesia. También, la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) instaló un módulo de atención con 30 visitadores. A metros de ahí, la Secretaría de Salud, el DIF y el Instituto de Capacitación y Productividad para el Trabajo (Icapet) establecieron sus unidades de atención bajo la supervisión de un enviado del gobierno del estado que da las cifras a los medios de comunicación de los servicios que han ofrecido desde la llegada de la caravana al territorio oaxaqueño.
“Somos un pueblo pequeño y nos rebasan los migrantes. No contamos con los espacios adecuados, todos están dañados por el sismo, aun así estamos dando lo que podemos: agua y comida. Hasta aquí otras autoridades de la zona como Ingenio Santo Domingo y Zanatepec han llegado a brindar su apoyo con agua, ropa y comida”, explicó la alcaldesa de Niltepec. Más de mil migrantes decidieron no descansar en Nilepec y avanzaron hasta Juchitán y Ciudad Ixtepec. En Juchitán llegaron desde el domingo por la tarde más de 400 hasta el albergue que la autoridad municipal acondicionó con comida y agua. Otros han optado por avanzar por su propia cuenta, como ocurrió con un joven que ya se encuentra en Monterrey, según contó el hondureño Jesús Murillo.
Este martes la primera caravana tiene previsto continuar hacia Ixtepec, Oaxaca.