Dejar el lugar de origen para iniciar una nueva vida en otro país, aprender otro idioma y distintas costumbres son la cotidianidad para 33.7 millones de hispanohablantes de origen mexicano que, de acuerdo con el Pew Hispanic Center, residen en Estados Unidos con la intención de dejar atrás la pobreza y mejorar su nivel de vida.

Hace 27 años, Braulio Monroy, originario de Jalpan de Serra, Querétaro, decidió formar parte de las estadísticas y emigró a Estados Unidos. Actualmente vive en White-Pigeon, un poblado localizado en Michigan, a sólo dos horas de Canadá.

EL UNIVERSAL acompaña a la familia Monroy en la Caravana del Migrante para visitar su tierra natal. Este es el día número uno. Desde su hogar cuentan a este diario su historia, motivaciones y preparativos.

Cubierta de nieve, a causa de la primera nevada de este año, el hogar de los Monroy está en la periferia de esta localidad; su vivienda se asemeja a todas las de su vecindario: techo de dos aguas, dos o tres camionetas en el garage y calefacción para soportar las bajas temperaturas del invierno.

Migrantes queretanos en Michigan apresuran travesía decembrina
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En 1991, Braulio dejó la comunidad de El Pocito para radicar en Florida, ciudad que cambió por Nueva York y, finalmente, por el estado de Michigan, donde reside actualmente.

“Probé aquí y me gustó mucho el trabajo de campo, la agricultura. Soy de rancho y entonces, le dije a un amigo: me gustaría trabajar aquí. En el (año) 91 me vine e invité a unos amigos a trabajar, también a mi papá, quien vivía aquí cerquita y después se regresó a México. Trabajé con unos tíos como supervisor de una compañía que sembraba tomates”, recuerda.

Braulio acaba de regresar de Florida de una reunión de trabajo de la empresa familiar BMonroy LLC, dedicada a contratar mano de obra agrícola para la empresa Monsanto.

“La brinqué por el río”. Sus hijos son cinco: Braulio, el mayor de 23 años; Emmanuel, de 21; Daniel, de 18; Adrián, de 17, y el más pequeño, Uriel, de nueve años.

Su historia comenzó en 1993, cuando conoció a Heriberta, su esposa, también originaria de Jalpan: “La brincamos por el río Bravo porque ella no traía papeles. La amarré a una llanta inflable y nos cruzamos el río. Yo tenía papeles, pero ella no. Fuimos a Nueva York, estuvimos ahí un año y medio y regresamos a Michigan en 1994, cuando nació Junior”.

En Michigan, permanecieron hasta 1998, con sus dos hijos mayores, hasta que decidieron regresar a México. En 2008, Braulio ingresó una aplicación para que sus cinco hijos obtuvieran la residencia estadounidense.

“Fue un constante ir y venir al inicio porque no sabía dónde quedarme. Mi meta era que aprendieran el inglés; yo lo veía en mi negocio. A veces es más difícil si no dominas bien el idioma, pero yo decía, yo quisiera que ellos aprendieran el inglés y que pudieran negociar mejor que yo. Esa mi meta era al inicio (...) El sueño del papá para sus hijos es que sean mejores que uno porque yo tuve una oportunidad de tener un trabajo como éste. Empecé con poca gente y he llegado a tener hasta 400 personas a mi cargo”, dice.

Migrantes queretanos en Michigan apresuran travesía decembrina
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El viaje que les espera inicia este lunes, es de poco más de cinco días y más de tres mil kilómetros. La primera parte del itinerario, dentro de EU, contempla los estados de Illinois, Tenneesse, Arkansas y Oklahoma hasta llegar a Laredo el jueves 14 de diciembre, donde la Caravana se reunirá antes de ingresar a México.

Ésta es organizada por el gobierno de Querétaro, el Congreso local, la diócesis de Querétaro, los gobiernos de Jalpan y Pinal de Amoles y la Asociación Migrantes Unidos en Caravana, entre otras instancias

La familia debe apresurarse antes de que caiga la tormenta de nieve, prevista para este lunes, y poder alcanzar a los demás migrantes en la frontera con México para una vez ahí continuar el viaje hasta Jalpan.

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